Los dieciocho policías de Alicante que forman parte de los conocidos como «Los 300 de Pineda» -los agentes de varias provincias que sufrieron escraches continuos en un hotel de Pineda de Mar y acabaron alojados en un barco- ya están en casa con sus familias. Tras 28 días seguidos de un difícil trabajo por la tensión que han tenido que soportar en Cataluña durante el despliegue anterior y posterior al referéndum, los 18 agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Alicante llegaron ayer pasadas las tres de la tarde la Comisaría Provincial, donde vivieron momentos emotivos al reencontrarse con sus familiares.

A diferencia del día en que se marcharon a Cataluña, cuando hubo un acto de despedida oficial en la calle Isabel la Católica por parte del comisario jefe provincial, Alfonso Cid, ayer estaban las mujeres e hijos de agentes, así como compañeros de «Los 300 de Pineda». El reencuentro fue emotivo, aunque algunos tuvieron que retrasarlo hasta la salida de sus hijos del colegio. El comisario principal Alfonso Cid recibió poco después a los agentes y les dio la bienvenida, además de agradecerles el servicio prestado en unas condiciones no habituales debido al acoso sufrido por parte los independentistas.

Los agentes alicantinos aprovecharon el viaje de regreso para escoltar a otros policías de Málaga que tenían que trasladar de Barcelona a Almería a una treintena de inmigrantes argelinos para expulsarlos a su país. La caravana policial hizo escala en Alicante y hoy renaudará su marcha hasta Almería.

Desde que el Ministerio del Interior comenzó a enviar efectivos de la Policía Nacional a Cataluña, más de medio centenar de agentes de diferentes puntos de la provincia de Alicante fueron enviados a Barcelona, Girona y Tarragona.

De los policías uniformados los 18 de ayer son los primeros en regresar, aunque otros agentes de paisano lo hicieron hace unos días. Los efectivos de la UPR serán relevados por otros compañeros que saldrán hacia Cataluña esta misma semana.

Los policías estuvieron alojados en un hotel de Pineda de Mar hasta el pasado 5 de octubre. El acoso de los separatistas forzó a la dirección del hotel a desalojarlos, pero aguantaron unos días hasta la finalización del contrario tras ordenarlo así el Ministerio del Interior.

Desde Pineda de Mar se trasladaron al puerto de Tarragona, donde estaba atracado uno de los cruceros alquilados por Interior para alojar a los agentes. «Tarragona era una balsa de aceite comparado con lo que vivimos en Pineda», aseguró ayer uno de los policías alicantinos.

Con gestos de alegría por el reencuentro con sus familias y con compañeros con los que se fundieron en abrazos, la representación alicantina de «Los 300 de Pineda» está dispuesta a regresar a Cataluña si es preciso.