Un jurado popular declaró ayer culpable por unanimidad al hombre que estranguló a su tía octogenaria en el domicilio en el que ambos convivían en el centro de Alicante. El caso quedó ayer visto para sentencia donde la magistrada deberá decidir qué pena se le impondrá al acusado. La Fiscalía ha pedido una condena de 20 años y tres meses de cárcel por los delitos de asesinato y hurto; mientras que la defensa, que lleva el letrado Luis Santamaría, reclama que la pena por el crimen sea de quince años de prisión.

Las deliberaciones se prolongaron durante más de cuatro horas, a pesar de que el acusado Félix Redondo Suárez confesara los hechos. El jurado le ha declarado culpable de un delito de asesinato con alevosía con una atenuante de confesión y se opone a que el reo sea indultado o se beneficie de una suspensión de la pena.

El jurado ha declarado probado que el 5 de octubre de 2016 sobre las nueve de la mañana el acusado estranguló a su tía abuela con el cable de una lámpara cuando ésta se encontraba sentada en una mecedora del salón del piso. El procesado la colocó a continuación una bolsa de plástico en la cabeza hasta el cuello y la arrastró hasta un dormitorio, dejándola tendida en el suelo, donde colocó una toalla enrollada para tapar la rendija de la puerta.

Asimismo ha considerado que el procesado se aprovechó del deterioro físico de su víctima por su avanzada edad para quitarle la vida de forma sorpresiva y sin posibilidad de defenderse. Antes de marcharse de la casa, cogió 300 euros en efectivo, joyas y un televisor propiedad de la fallecida, que estaba valorado en 636 euros. Estos efectos fueron recuperados en la casa de empeños a la que habían sido vendidos.

El 10 de octubre, cinco días más tarde, se presentó en la Comisaría de Alicante donde confesó haber matado a su tía abuela en el domicilio, por lo que el jurado considera probado que facilitó el descubrimiento de los hechos y esto determina una atenuante por la que se le reduce la pena.

El acusado se había ido a vivir con su tía tras haber pasado varios años en prisión por una condena de malos tratos en Holanda. La mujer tenía la casa en usufructo pero tras su fallecimiento iba a pasar a los tres herederos, los sobrinos de la fallecida.

Los otros dos hermanos declararon el martes en el juicio que el acusado era una persona violenta y que ella le tenía miendo y que se quedaba con el dinero de la pensión.