El director del colegio concertado Jesuitas de Alicante, Roberto Garrido, afirmó ayer que la situación de acoso denunciada por una alumna de segundo de Bachillerato se había reconducido ya en el centro desde hace veinte días, tras un proceso de mediación al final del cual la estudiante aceptó las «disculpas y propósito de enmienda» de los compañeros acusados por acosos y abuso. «La familia ha mostrado su interés firme en retirar la denuncia de acoso, pero como no pueden hacerlo ante la policía deberán esperar a la tramitación judicial», añade.

El hecho de que la policía diera a conocer el caso el jueves, casi un mes después porque las diligencias de la denuncia presentada por la familia requiere su tiempo, cayó como una bomba en el centro escolar y alarmó al conjunto de padres y madres, ante lo que la dirección se vio obligada a poner en marcha un «protocolo de crisis» en coordinación con la oficina de la Compañía de Jesús en Madrid.

Además de remitir a la totalidad de las familias el comunicado que ya habían difundido en los medios de comunicación, «para que sepan de primera mano de qué forma ha actuado el colegio», el propio director se dirigió a las 8 de la mañana a los 120 alumnos de segundo de Bachillerato para «tranquilizarles también, porque los compañeros acusados fueron identificados en sede judicial pero siguen en sus clases con normalidad y coinciden en el aula con la alumna cuando les toca. He explicado que el colegio les abrió en su día expedientes informativos a todos ellos y se aplicó el correctivo de la conciliación».

WhatsApp

También desde la AMPA del colegio tuvieron que ponerse manos a la obra para «serenar los whatsapp» que echaban humo. «Estamos muy tranquilos porque el colegio aplicó los protocolos contra los casos de acoso escolar y la mediación dio resultado. El problema es que la difusión posterior de lo sucedido pueda afectar al proceso de normalización que se había conseguido», indica el presidente de la asociación de padres, Eloy Sentana.

Para evitar este extremo, el director del centro subraya el empeño de los profesores por educar a los estudiantes en que empaticen con sus compañeros y tengan cuidado de no hacer daño. «Esta es una situación sobrevenida que no resulta agradable, pero debemos pensar que si con medidas como las que adoptamos surge un caso, de no aplicarlas serían una veintena».

También subraya que el bullying a través de las redes sociales «escapa al control de las familias. Hay que trabajar mucho. Enfermos va a seguir habiendo, pero serán menos si nos cuidamos».