El puñetazo a su amigo no fue de gran intensidad pero sí le provocó que se cayera golpeándose mortalmente la cabeza contra el suelo en el paseo David Ferrer de Xàbia. Así consta en una sentencia de un juzgado de Benidorm que condena al autor del golpe, el británico Robert G., a 22 meses y 15 días de multa con cuota diaria de 6 euros -4.050 euros- por un delito de lesiones en concurso con otro de homicidio por imprudencia «menos grave». El fallo recoge que el procesado deberá indemnizar a la madre del fallecido, también de origen británico, con 70.000 euros y a los dos hermanos de la víctima con 20.000 euros a cada uno.

La sentencia ha sido recurrida por la Fiscalía, que pedía una condena de 4 años de prisión al estimar que se trataba de un homicidio por imprudencia grave, y por la abogada del acusado, Mariana Ivanov, quien pidió en el juicio la absolución al considerar que la víctima se cayó por un resbalón y no por un puñetazo.

Los hechos declarados en la sentencia ocurrieron sobre las ocho de la tarde del 24 de abril de 2016. La víctima se encontraba con el acusado y otros amigos en un pub situado en el paseo David Ferrer de Xàbia. Se originó una discusión y el acusado decidió marcharse. Sin embargo, la víctima, que se encontraba en estado de embriaguez, le siguió por la calle insultándole y se acercó por la espalda a Robert. A continuación le agarró del cuello para tratar de que se parara el acusado, momento en que éste se giró y le dio un puñetazo en la cara.

Traumatismo craneal

A causa de la agresión, que según recoge la sentencia no habría precisado más que una mera asistencia facultativa para su curación, el amigo del procesado se cayó «golpeándose la cabeza contra el suelo, lo que le provocó un traumatismo craneal con fractura craneal y lesión de centros vitales encefálicos que le produjo la muerte».

El fallecido tenía 42 años y vivía con su madre y sus dos hermanos en Xàbia, familiares a los que el acusado tendrá que indemnizar con un total de 110.000 euros, según el fallo judicial.

El juzgado no considera creíble la versión dada en el juicio por el acusado. Robert G. relató que su amigo comenzó a ponerse muy agresivo e increpó al personal del pub sin que pudiera tranquilizarle por estar muy bebido.

El acusado señaló asimismo en el juicio que decidió marcharse al ver que no se calmaba y le siguió al tiempo que le gritaba que le iba a matar. Robert pensó que su amigo le iba a agredir con un vaso que llevaba en la mano y al levantar su brazo para apartarlo dijo que se resbaló con un bordillo y cayó al suelo.

El acusado negó que le diera ningún puñetazo pero el magistrado señala en el fallo que «dicha versión no se antoja en absoluto creíble» y fue desmentida. Así, recoge la declaración de una testigo que estaba en un coche y vio cómo le dio un puñetazo en la cara y se cayó al suelo tras golpear su vehículo. Un vendedor ambulante también testificó que el acusado le dio un puñetazo en la cara.