Había venido desde Calatayud a la casa de sus padres en El Altet escapando de su excompañero, que tenía una orden de alejamiento que le impedía acercarse a ella. Aún así, éste se presentó en la finca familiar la noche del 9 de noviembre de 2015 con un pasamontañas y provisto de cartuchos para usarlos con la escopeta de su suegro, que se guardaba en la casa. Pasó toda la noche esperando a su exmujer debajo de la cama de la casa de invitados donde ella dormía, pero aquel día ella no fue allí. «Me entró miedo», explicó al tribunal. Esa mañana había recibido una llamada de una amiga de Calatayud diciendo que «mi ex se había ido del pueblo. No había ido ni a trabajar. Allí había dicho que se iba a ver a unos familiares en Galicia. Con ellos no tenía mucha relación, por lo que sabía que iba a venir a por mi». Así lo explicó ayer en el juicio la víctima de lo que pudo ser un nuevo crimen de violencia machista. El juicio se está celebrando en la Audiencia Provincial, donde la Fiscalía pide penas que suman cerca de 19 años de cárcel.

La mujer durmió esa noche en la casa de sus padres y se encontró a su expareja a la mañana siguiente escopeta en mano y con el rostro cubierto con el pasamontañas esperándola. «Sabía perfectamente que era él», explicó. La mujer le apartó el cañón de la escopeta y salió corriendo en dirección a casa de sus padres gritando y pidiendo ayuda, mientras él corría detrás diciendo «te mato, te mato, te mato». La mujer recibió un disparo en la espalda y fue auxiliada por su padres. Mientras el padre se enfrentaba al agresor, la madre usaba un pie para sombrillas como escudo, en caso de que se produjera un nuevo disparo. El agresor finalmente huyó.

El acusado admitió ayer que sabía que tenía una orden de alejamiento, pero dijo que sólo quería hablar con ella y que el uso de la escopeta era para hacerse oir, sin que tuviera intención de matar a nadie. Un cambio de versión, ya que en anteriores comparecencias en el juzgado había dicho que su intención era matarla y después suicidarse. De hecho, tenía una carta con expresiones como «Me casé por amor y en la boda juramos que estaríamos juntos hasta que la muerte nos separe. Siento que tenga que ser tan pronto»; «es una pena que siendo tan pequeño un niño tenga que quedarse sin padre y sin madre tan pronto», en alusión al hijo de seis años que tenían en común, y «el resultado de esto no puede ser otro que la muerte de uno y cárcel para el otro».

Al ser interrogado sobre el contenido de la carta, dijo que la había escrito en un mal momento y negó que en ella se estuviera refiriendo a un futuro crimen.

El acusado ayer aseguró que el disparo del arma se produjo de manera accidental en el momento en que su suegro se abalanzó hacia él. Aún así, en medio del forcejeo, cargó de nuevo la escopeta con un segundo cartucho y mientras la víctima estaba herida en el suelo, según dijo, para hacer disparos intimidatorios al aire. Finalmente se dio a la fuga, escondiendo la escopeta en unos matorrales. Según dijo, en el momento de la detención se dirigía a la Comisaría para entregarse.