La víctima regresaba de interponer la denuncia, pero el presunto autor de los hechos estaba esperándola en su habitación. El hombre habría accedido a la casa por el balcón y tras saltar desde viviendas adyacentes.

Tras la alerta dada a los servicios de emergencias por los familiares de la víctima, la Policía Local fue la primera en llegar al lugar de los hechos, lo que motivó que el agresor huyera a través de los balcones. En ese momento se activó un dispositivo de búsqueda coordinado con la Guardia Civil, al conocerse que el joven era natural de Málaga y que podría planear una huida hacia tierras andaluzas. No obstante, aguardó escondido en uno de los balcones y, al ser sorprendido por los dueños de la vivienda, saltó hacia la plaza de Ronda. Allí fue retenido por vecinos de la zona, pese a un forcejeo con varias personas para intentar zafarse, hasta que los agentes municipales llegaron para proceder a su detención y su puesta a disposición de la Guardia Civil que investiga el caso. Fuentes policiales indicaron que el joven estaba completamente manchado de sangre.

Según los vecinos, la relación entre Rosa María y Adrián era «complicada». «A veces rompían y luego volvían a estar juntos», relató uno de los residentes que acudió al lugar para ver qué había ocurrido ante al gran despliegue.