Descartado el móvil del robo en el crimen del gerente de un bar de Petrer, la investigación apunta a que se trataría de un asesinato. Las pesquisas que lleva a cabo la Policía Nacional en un principio no contemplan la posibilidad de que Fernando Millán Chocero muriera como consecuencia de un robo, cuando se dirigía a abrir el establecimiento que regentaba. Y es que fuentes cercanas a la víctimas explicaron a este medio que Millán llevaba en el bolsillo unos 2.000 euros que no le fueron sustraídos y que seguía llevando encima cuando fue localizado en el suelo, sin que haya trascendido si se hallaba ya muerto.

El cuerpo de este eldense de 56 años, que regentaba desde hace cinco años el bar del recóndito paraje natural de Rabosa de Petrer, fue trasladado el sábado hasta el Instituto de Medicina Legal de Alicante, donde está previsto que a primera hora de esta mañana se le practique la autopsia para tratar de aclarar las causas del óbito, de naturaleza violenta.

El hombre presentaba un fuerte traumatismo en la cabeza, posiblemente al haber sido golpeado con una piedra que fue encontrada junto a él llena de sangre. Las mismas fuentes señalaron ayer que tenía varios golpes en la cabeza y una posible fractura en una pierna, aunque hasta que no estén los resultados de la autopsia no se conocerá la causa exacta de su muerte.

La investigación de la Policía Nacional se encamina hacía la hipótesis de que se trate de un homicidio premeditado o asesinato, y no una muerte fortuita o involuntaria causada por otra persona, aunque no han trascendido las razones o circunstancias que manejan los agentes que pudieron llevar a que alguien acabara con la vida de este hombre.

Amenazas

Según fuentes cercanas a la víctima, el fallecido habría recibido amenazas durante los últimos meses por desavenencias en el ámbito laboral, siendo esta una de las vías de investigación de la Policía Nacional, aunque no es la única vía abierta.

Del mismo modo al cierre de esta edición no había trascendido que se hubiera realizado detención alguna en relación con este caso.

Un empleado fue quien encontró al gerente poco antes de las 8.00 de la mañana del sábado en el suelo en el acceso al bar, cuando se dirigía a trabajar. Los sanitarios que acudieron poco después solo pudieron certificar su muerte, y se sospecha que la agresión se produjo sobre las 6.30 horas, cuando él llegó a este apartado paraje de montaña para preparar la apertura del complejo. Desde un primer momento se descartó que se pudiera tratar de una muerte accidental.