La madre de la niña rescatada de una cornisa en la Plaza de los Luceros de Alicante declaró ayer en el juzgado que la denuncia por malos tratos a la pequeña es falsa. Los hechos se investigan tras una denuncia presentada por el padre biológico de la menor apoyada en un informe de una psicóloga en el que la pequeña asegura que, antes del rescate, sufrió malos tratos por parte de la madre y de su actual pareja.

La madre negó ayer al juez la acusación y su defensa, el abogado José Javier Sáez, aseguró que ha aportado una grabación de audio en la que la pequeña relata que hizo esas afirmaciones obligada por el padre, que le prometió que le regalaría «un gatito» si decía eso. El magistrado les ha reclamado el soporte original para estudiar si se trata de una grabación manipulada. La próxima semana está citado en calidad de investigado el compañero sentimental de la madre para ser interrogado por los presuntos malos tratos.

Paralelamente, en estos momentos está pendiente de resolver en la Audiencia el pleito por la custodia de la pequeña y que está concedida temporalmente al padre biológico por el juzgado de Familia. Otro juzgado de lo Penal deberá juzgar a la madre por dejar sola a la niña en la vivienda la noche del pasado 1 de marzo. Los Bomberos tuvieron que rescatar a la niña de seis años de una cornisa en un séptimo piso después de haberse quedado sola en la vivienda. La fiscal pide para ella dos años de cárcel por un delito de abandono temporal de menores. El padre de la menor denuncia que la pequeña se ha quedado sola en la casa en otras ocasiones anteriores al 1 de marzo.

El juez ha citado también a la trabajadora social del juzgado de Familia que redactó el informe favorable a que la niña siguiera con la madre, para que se pronuncie sobre si en las entrevistas con la menor hubo indicios de malos tratos.

La denuncia que presentó el progenitor de la niña se basa principalmente en un informe emitido por una psicóloga que evaluó a la menor tras el rescate. En la entrevista, la niña dijo que «no era la única vez que se quedaba solita» y que el compañero de la madre le había cogido del cuello en alguna ocasión, además de llamarla «cara huevo» y «pitufa», tirarle de las orejas y castigarla a estar a oscuras. Otra psicóloga designada por el juzgado confirmó las conclusiones de su compañera dando veracidad al relato.