La consternación es patente entre los vecinos de Alcanar, municipio de Tarragona que se encuentra a escasos kilómetros de la localidad castellonense de Vinaròs, tras la vinculación de la explosión de un chalé en la urbanización Montecarlo de Alcanar Platja la noche del miércoles con los atentados de Barcelona y Cambrils. En la localidad tarraconense este era el tema de conversación ayer en sus calles y comercios. Los vecinos coincidían en decir que los ocupantes de la vivienda no tenían ninguna relación con Alcanar.

El alcalde, Alfons Montserrat, aseguró que «estas personas no tenían ningún tipo de vínculo social con el municipio», además de condenar ambos atentados. El primer edil también lanzó un mensaje de tranquilidad y calma a sus vecinos y cuantos están pasando unos días de vacaciones en este municipio.

Perímetro ampliado

Montserrat detalló que los Mossos d'Esquadra ampliaron el perímetro de seguridad en torno a la vivienda donde se produjo la explosión, habiéndose desalojado la tarde del jueves a once vecinos tras relacionarse este hecho con el atentado de Barcelona. Algunos fueron realojados en hoteles y otros en viviendas de familiares o conocidos. Entre ellos una familia francesa que fue trasladada a un hotel.

El alcalde de Alcanar dijo que tras la relación entre el atentado con la explosión de la vivienda, «ha crecido la consternación y la alarma entre los vecinos». Montserrat dijo que «nunca en la vida nos podríamos haber pensado de esta conexión, nos sorprendió mucho». Montserrat explicó que «en un principio pensábamos que era una explosión de gas, que podría ser un laboratorio de drogas o que se manipulaban bombonas para revender gas, pero nunca que se manipularán explosivos, como todo parece apuntar».

Urbanización tranquila

La urbanización Montecarlo se encuentra en Alcanar Platja, a pocos metros de la antigua Nacional 340. Se trata de una urbanización con viviendas diseminadas y muy tranquila, como explicó Nuria Gil, una vecina de la urbanización. «Se trata de una urbanización dispersa, diseminada, tranquila, no es un lugar de paso. Además, al estar las viviendas dispersas y con vallas es difícil reconcomer quien pasa», explicó esta vecina. Por ello ningún vecino advirtió movimientos extraños ni presentó denuncia ante las fuerzas de seguridad.

Gil relató el momento de la primera explosión la noche del miércoles, «a las once y catorce minutos se produjo la explosión, no sabíamos de que era, si explotó una cocina o un coche, y después pensamos que si fue el hotel, no pensamos que fuera un lugar donde al parecer se hacían explosivos. Se movió toda la casa, me quede en shock y no supe como reaccionar, después salí a la calle y en pocos minutos llegó la policía». «Al conocer la relación tuve mucho miedo y aún lo tengo. La policía solo dicen que estemos tranquilos, pero nada más», explicó.

Olor

Salvador Vila, propietario del hotel Montecarlo que se encuentra a escasos metros del lugar de la explosión, dijo que «sobre las once estabamos por la terraza y oímos una explosión muy grande, al salir vimos el humo. Los clientes se alarmaron ya que no sabíamos que había pasado». Explicó que «una gente que trabaja en la cantera con explosivos, que residen en una vivienda a pocos metros de aquí, vinieron corriendo ya que pensaban que la explosión se había producido aquí en el hotel». Estos artificieros dudaron que fuera una explosión de gas, «dijeron que el olor que hacía no era de gas más bien de explosivo», comentó el responsable del hotel.

La segunda explosión ocurrida la tarde del jueves alarmó de tal modo a los clientes, que diez decidieron abandonar el hotel.