La Policía Nacional ha descartado que la mujer que cayó el pasado viernes desde la muralla del Castillo de Santa Bárbara hubiera sido empujada por terceras personas, según confirmaron a este diario fuentes policiales. Tras tres días, en los que la identidad de la víctima era un misterio, la Policía pudo identificarla finalmente el lunes como una mujer de nacionalidad sueca de 41 años y que había estado ingresada en la Unidad Psiquiátrica del Hospital de Sant Joan. La mujer padecía brotes psicóticos y dependencia de antidepresivos, motivo por el que un juzgado había autorizado su internamiento hospitalario el pasado 21 de julio. El día del accidente abandonó el centro con permiso médico del hospital.

Las fuentes consultadas por este diario señalaron que de la investigación practicada no se habían encontrado indicios de criminalidad. Al parecer, la mujer se encontraba tumbada en la murralla del castillo en el momento en el que se acabó precipitando al vacío, por lo que no se descarta que pudiera ser un accidente.

La Policía estaba a la espera de que la mujer recobrara la consciencia para poder tomarle declaración, aclarar lo sucedido e identificarla, ya que iba indocumentada en el momento en que se produjo la caída. La mujer se precipitó al vacío desde la muralla del castillo a la ladera del Benacantil sobre las 20.40 horas del pasado viernes, sufriendo numerosas fracturas. Dos policías nacionales llegaron hasta ella, interviniendo también los bomberos para poder inmovilizarla e izarla en camilla, ya que se encontraba en un lugar de difícil acceso. De esta forma se logró llevarla hasta un llano para recibir las primeras asistencias médicas, siendo finalmente evacuada a un hospital.

La mujer estaba semiinconsciente y en los primeros momentos «no recordaba nada»de la caída, según fuentes de la investigación, que precisaron que aportó «datos confusos» sobre su identidad en un momento en el que pudieron hablar con ella antes de que fuera sedada. Cuando se produjo la caída, desde un desnivel de entre seis y ocho metros, la mujer no portaba documentación ni más efectos personales que su teléfono móvil.