La explosión sacó ayer de los establecimientos de la zona a camareros y clientes. No obstante, al no ver ni humo ni fuego la mayoría restó importancia a lo que estaba ocurriendo en el pantalán.

«No ha sido hasta que hemos visto salir a gente pidiendo ayuda cuando nos hemos dado cuenta de que había heridos», explicaba ayer Óscar Aguilar, el camarero de un restaurante del Club Náutico que al percatarse de lo que pasaba abrió una puerta de emergencias, para que pudiesen pasar las ambulancias y la policía.

Otro testigo era David Canales que lo vio desde el paseo de Adolfo Suárez, y destacaba que «tanto movimiento de ambulancias ha provocado mucho nerviosismo entre la gente, que se acercaba para ver lo que estaba pasando».

De esta forma, el suceso generó mucha expectación entre los vecinos y visitantes que ayer pasaban el domingo en Santa Pola.