La Audiencia de Alicante ha absuelto a los dos vendedores ambulantes de lotería de Monóvar acusados de haberse apropiado de un décimo de lotería premiado con el Gordo y que pocas horas antes del sorteo les había reservado un cliente, según el fallo notificado ayer. El denunciante les llamó para pedir que le reservaran dos décimos, pero éstos le dijeron que sólo consiguieron uno. Poco después resultó que los vendedores también habían cobrado el décimo agraciado con el Gordo. El cliente aseguraba que ese premio que cobraron era el del segundo décimo que les encargó y que dijeron no haber conseguido. La Audiencia no ha considerado probado este extremo. Los acusados aseguraban que ellos también se reservaban cada semana un décimo del mismo número.

Los hechos se remontan al sorteo del 10 de noviembre de 2012. Un restaurante de Monóvar vendía todas las semanas entre sus clientes el mismo número, el 59.217, aunque no estaba abonado a él, y que compraba a los acusados, que a su vez lo adquirían en una administración de Fortuna (Murcia). La costumbre del dueño era reservarse un par de décimos para jugarlos en el sorteo. Justo la noche antes del día de la Lotería, el denunciante vendió todos los décimos que tenía en el local. Por este motivo, llamó la misma mañana del sorteo a los vendedores para que le reservaran otros dos números más. A pesar de que éstos le dijeron que sin problemas, después del sorteo y cuando ya se sabía qué número había ganado, luego le avisaron de que al final sólo lograron uno.

La sala considera que «no se entiende la gestión del encargo por parte de los acusados, quienes deberían haber comunicado al denunciante de manera inmediata y antes del sorteo cuántos eran los décimos conseguidos, lo que no se hizo, dando lugar a lógicos recelos, máxime cuando los acusados resultaron también agraciados», según exponen en el fallo. Sin embargo, «esta falta de diligencia no acredita la apropiación de lo ajeno», concluyen.

En el juicio acusados y denunciantes daban versiones contrapuestas de los hechos. Los vendedores aseguraban que no se habían comprometido a conseguir los dos, mientras que el otro aseguraba que le dijeron que no habría problema alguno en lograr los dos. Los jueces se han apoyado en el testimonio del responsable de la Administración de Lotería que les suministraba los décimos. Éste aseguró durante el juicio que diez minutos antes del sorteo uno de los dos acusados «le solicitó dos décimos, es decir, la totalidad del encargo del denunciante, comunicándole que sólo le quedaba uno».

Los magistrados creen que este hecho podría indicar que los acusados efectivamente ya tenían un décimo en su poder y que su intención era adquirir la totalidad de lo encargado. El fallo no es firme y contra él cabe recurso ante el Tribunal Supremo.