La versión ofrecida el primer día de juicio por el acusado de matar a su pareja en Villena fue rebatida ayer de plano con el testimonio de los forenses que emitieron un informe sobre las lesiones y causas de la muerte de Mónica E., de 39 años, el 22 de diciembre de 2015. Los dos médicos forenses dejaron claro que las lesiones que presentaba la víctima eran incompatibles con una caída accidental, como dio a entender el acusado en su declaración.

En la segunda jornada del juicio que se celebra en la Audiencia de Alicante, los forenses aseguraron, a preguntas de la Fiscalía, que la mujer «tenía destrozada la cabeza» y no por «uno ni dos golpes, sino más», sin poder precisar un número aproximado. Los expertos explicaron que tenía lesiones tanto en la parte izquierda de la cabeza como en la derecha y señalaron que no pudieron producirse por una caída fortuita, sino que se produjeron por «golpes repetidos y reiterados» con un objeto contundente.

A petición del abogado de la acusación se les exhibió una piedra de varios kilos de peso y con restos de sangre que presuntamente usó el acusado. Los forenses admitieron que dicha piedra es compatible con el objeto contundente que provocó las fracturas en la cabeza a Mónica.

La víctima presentaba fracturas apreciables a simple vista y otras internas que se detectaron en la autopsia.

El informe de los forenses detalló que el cuerpo de Mónica únicamente presentaba un posible signo de defensa en un antebrazo, por lo que los expertos indicaron en el juicio que lo más probable es que quedara inconsciente del primer golpe cuando aún estaba de pie y que el resto se los causaran una vez tendida en el suelo.

Todos los golpes en la cabeza se los provocaron estando viva, mientras que el cuerpo presentaba otras erosiones causadas al arrastrar el cuerpo hasta la caseta semiderruida donde dejó el cadáver el acusado.

Otra de las cuestiones abordadas en la comparecencia de los forenses era si la víctima había consumido alcohol y cocaína, como aseguró el acusado en su declaración la primera sesión del juicio. El informe de Toxicología reveló una tasa de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre pero descartó la presencia de sustancias estupefacientes. En este sentido, precisaron que si hubiera consumido cocaína el día del crimen habría salido en el informe toxicológico.

En la segunda sesión del juicio también declaró como testigo una hermana del acusado que vive en Benferri y aseguró la relación de la pareja «era buena» y que nunca presenció discusiones entre ambos.

Relató asimismo que el día de su muerte le llamó Mónica por la mañana para felicitarla por su cumpleaños pero asegura que no le dijo nada de que quisiera cortar la relación su hermano. Todo lo contrario, la testigo apuntó en la vista oral que fue su hermano quien le comentó que quería dejar la relación sentimental con Mónica «porque consumía mucho».