La médico Noelia de Mingo, condenada en 2006 a 25 años de internamiento psiquiátrico por matar a tres personas en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, disfruta de un permiso de fin de semana, a la espera de que la Audiencia Provincial de Madrid se pronuncie sobre la petición de puesta en libertad.

De Mingo ha abandonado a las 9.30 horas de hoy el hospital psiquiátrico penitenciario de Alicante sentada en el asiento de copiloto de un turismo conducido por su hermana, y no está previsto que regrese hasta el próximo domingo por la tarde-noche.

El permiso de hoy se enmarca dentro de las "salidas terapéuticas" de las que disfruta desde hace más de 6 años, en las que ha respondido satisfactoriamente, sin incidencias, sin recaídas y cumpliendo todos los preceptos y restricciones a las que ha sido sometida, han informado a Efe fuentes del psiquiátrico.

De Mingo fue condenada en 2006 por matar a tres personas y herir a siete más en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid en 2003, pero se consideró probado que padecía "esquizofrenia tipo paranoide con delirios de persecución y alucinaciones que afectaba a todo tipo de relaciones sociales y laborales y en pleno brote violento".

La juez de Vigilancia Penitenciaria número 2 de Alicante acaba de proponer, de acuerdo con los informes psiquiátricos, que Noelia de Mingo salga del hospital psiquiátrico alicantino, situado en la partida de Fontcalent, y que pase a un tratamiento ambulatorio con custodia familiar.

La fiscalía comunicó el pasado martes que no se opone a cambiar la medida de internamiento por otra de carácter ambulatorio, aunque se está a la espera de lo que determine la Audiencia Provincial madrileña.

Desde hace más de seis años, Noelia de Mingo ha disfrutado de progresivos permisos que le han permitido su reinserción social, hasta el punto de acude casi diariamente a la Escuela Oficial de Idiomas a cursar inglés, portugués y valenciano.

Además, ha dispuesto de permisos de larga duración, de 15 días y hasta un mes con su familia, e incluso ha hecho durante dos semanas el Camino de Santiago y también el de Caravaca (Murcia), acompañada de otros internos y de personal de tratamiento y educadores.