Durante una semana, el cabecilla de la red negoció una conformidad con la Abogacía del Estado con el que se logró una rebaja en las condenas a cambio de garantizar de que se iba a recuperar una buena parte del dinero. Con la conformidad se evitaba un juicio largo, con una veintena de acusados, y por hechos ocurridos hace más de una década. Había voluntad de intentar cerrar un acuerdo.