El magistrado titular del juzgado de Instrucción número 3 de Dénia envió ayer a prisión a Marinus C. S., el dueño de los cinco perros cruzados de pitbull y bullterrier (razas potencialmente peligrosas) que el pasado 18 de febrero atacaron y mataron en un campo de naranjos de Beniarbeig a Luis Ángel Sala, un agricultor de Ondara de 76 años. El juez imputa al propietario de los canes, detenido el jueves por la Guardia Civil, los delitos de homicidio imprudente y de maltrato animal. Decretó prisión provisional sin fianza y comunicada al apreciar riesgo de que el detenido, que es holandés y no tiene ningún arraigo en España (vive, eso sí, desde hace años en un chalé de Beniarbeig), pudiera fugarse. El magistrado también considera que Marinus C. S., puede influir en los testigos y alterar pruebas. De hecho, cuando la Guardia Civil acudió a su vivienda tras hallar el cadáver, que presentaba dentelladas y desgarros en piernas, brazos y cabeza, había intentado destruir pruebas al lavar a los canes. Uno de ellos estaba totalmente empapado. Su dueño le dijo a los agentes que se acababa de caer a la piscina.

Los análisis de ADN han resultado claves. Había pocas dudas de que los cinco canes, que luego atacaron también a un cuidador y a un vecino de Els Poblets, habían matado a Luis Ángel Sala. Pero faltaba la constatación científica. Los investigadores han confirmado que los restos de sangre hallados en la boca y la saliva de los perros se corresponden con el ADN de la víctima. El juez recibió el jueves los resultados de esos análisis y ordenó arrestar al propietario de los perros, quien hizo noche en el calabozo de la Guardia Civil de Xàbia. Ayer, a las 10.30 horas, entró al juzgado de Dénia escoltado por dos guardia civiles y esposado. Llevaba la cara descubierta, pero al salir sí se la tapó. Tras pedir un intérprete de holandés, se acogió a su derecho a no declarar. Con su abogado sí habló en inglés.

La fiscal y los abogados de la familia del fallecido y del vecino de Els Poblets también atacado por los perros pidieron prisión provisional. El juez imputó al detenido homicidio imprudente, aunque este delito podría variar al de homicidio por dolo eventual. Está también acusado de maltrato animal, ya que los perros presentaban heridas que se habrían causado al atacarse entre ellos. Su dueño sólo tenía a uno identificado con chip. Carecía de la documentación de todos ellos, también de permiso para poseer animales potencialmente peligrosos y tampoco había contratado el seguro obligatorio de responsabilidad civil.

Tras el ataque mortal de los canes, la Guardia Civil acudió al chalé de Marinus C. S. y se los llevó. Los encerró en un recinto de Els Poblets (allí mordieron a un cuidador), del que tres se escaparon. Atacaron en plena calle a Andrés Ayuso, de 69 años, quien relató a este diario que salvó la vida «porque un chaval paró el coche y los espantó al tirarles una gran piedra». «Me estaban ya devorando», afirmó.

El juez autorizó, dada la agresividad de los animales, sacrificarlos.

A su dueño no se le pudo entonces detener a pesar de las evidencias de que sus perros habían acabado con la vida de Luis Ángel Sala, un empresario ya jubilado y apasionado de la agricultura. Las pruebas de ADN han confirmado las sospechas.

Sala acudió por la mañana a sus campos de naranjos. Los perros se escaparon del chalé, separado de los huertos por la carretera que lleva de Beniarbeig a Sanet i Negrals. La víctima se defendió hasta el último aliento. Fue su hijo el que, alarmado al no regresar su padre a casa, descubrió el cadáver.

Los perros de Marinus C. S. ya habían protagonizado antes otros incidentes. Muchos vecinos de Beniarbeig dejaron de pasear por las inmediaciones del chalé ya que estaban atemorizados.