No sólo formaban uno de los grupos pedófilos más extensos de cuantos nutren sus parafilias en internet, sino que los archivos que compartían contienen algunas de las imágenes y prácticas más duras y depravadas de cuantas se ha topado no sólo ya la Guardia Civil, sino el resto de policías europeas: además de los abusos y agresiones sexuales a niños de muy corta edad, habituales en estos casos, había numerosos vídeos en los que uno de los detenidos grababa las torturas salvajes que infligía a animales domésticos hasta su muerte y que completaba masturbándose sobre ellos mientras agonizaban.

La práctica, detectada en esta operación policial por primera vez, ya ha sido bautizada como gore farm por los investigadores del Equipo de Policía Judicial de Tavernes de Valldigna y del Equipo Mujer-Menor (Emume) d la Guardia Civil de València.

Fue precisamente en Tavernes donde comenzó la «operación Yot «(de toy -juguete en inglés), pero a la inversa), cuando los agentes tuvieron acceso a algunas de las imágenes, que sólo se distribuían en un círculo completamente cerrado: un grupo de Whatsappcon cerca de 300 participantes. La investigación, a la que se sumó enseguida el Emume, acabó por llevar a los agentes a seis ciudades españolas, donde fueron detenidos los presuntos pedófilos: Chantada (Lugo), Burgos, Alcorcón (Madrid), Ávila, Telde (Las Palmas de Gran Canaria) y Santa Cruz de Tenerife.

La Guardia Civil intervino miles de archivos en los seis registros domiciliarios practicados en esas ciudades, y decenas de dispositivos de almacenamiento que ya están siendo volcados por los expertos en delitos tecnológicos, para que los investigadores continúen tirando del hilo, por lo que se esperan más detenciones en los próximos meses.

Los seis acusados -cinco hombres y una mujer de entre 28 y 71 años de edad- ya han sido puestos a disposición judicial, pero sólo uno de ellos, el detenido en Chantada, ha ingresado en prisión, ya que fue él quien grabó los vídeos que alimentaban al sector gore farm de esta trama. La juez de ese municipio lucense ordenó su encarcelamiento tras analizar el informe de la Guardia Civil y visualizar parte de las imágenes grabadas con las torturas salvajes a perros, gatos, conejos, hámsters, ratones o pollos. Incluso llegó a sugerir a otros miembros del grupo que se unieran a la producción de esos vídeos, aunque no hay constancia de que le hicieran caso. Eso sí, en numerosas ocasiones, el ahora encarcelado, de alrededor de 35 años, recibía encargos de otros miembros del grupo -varias de las demandantes eran mujeres- para que grabase nuevas imágenes extremas con animales.

Además de los de maltrato animal extremo, compartían archivos de pornografía infantil, muchas de las cuales se distinguían también por su crudeza. Los menores que aparecían en esas grabaciones tienen entre dos y 14 años y, en principio, todos los archivos habrían sido grabados fuera de España, muchos de ellos en países asiáticos, principalmente Tailandia.

De momento, no hay evidencias de que ninguno de los detenidos «haya abusado físicamente de menores» de su entorno, según explicó ayer en rueda de prensa el capitán de Policía Judicial de la Comandancia de València, José Ángel Millán, quien advirtió, no obstante, de que «la investigación no está aún cerrada del todo, por lo que pueden aparecer nuevos datos».