Una senderista de 65 años y de nacionalidad francesa falleció ayer por la mañana al despeñarse en el acantilado de la cala del Llebeig, en el Poble Nou de Benitatxell. La mujer hacía junto a su marido y otra pareja la ruta conocida como «de los acantilados». En el tramo más peligroso, que es el que ya se asoma a la cala, resbaló y se precipitó unos 50 metros. La primera caída, de unos 10 metros, es totalmente vertical y luego hay una ladera. La excursionista rodó acantilado abajo hasta que su cuerpo quedó enganchado en un pequeño árbol.

En ese momento hacía también la ruta un bombero que no estaba de servicio, que fue quien avisó a los equipos de emergencia.

Todo apunta a que la mujer falleció en el acto al precipitarse sobre las once y media de la mañana. Era imposible rescatar por tierra el cadáver. Acudieron los bomberos del parque comarcal de Dénia y la Policía Local del Poble Nou de Benitatxell, pero fue la Guardia Civil la que se hizo cargo de recuperar el cuerpo después de que los bomberos desplazados en su helicóptero confirmara que había fallecido.

La Guardia Civil envió un helicóptero con efectivos del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim), con base en Ontinyent. Dos de estos especialistas se descolgaron de la aeronave en un saliente de la costa. Llegaron hasta el cadáver, lo amarraron en una camilla y lo sujetaron con una cuerda a la grúa del helicóptero.

Mientras tanto, la Policía Local acompañó al marido y a la otra pareja de senderistas y les prestó toda la ayuda que requirieron, ya que estaban muy afectados por la tragedia.

Los senderistas atravesaban el tramo más complicado de una senda que comienza en la cala del Moraig y acaba en la del Llebeig. El accidente ocurrió en segundos. La víctima resbaló y no le dio tiempo a sujetarse a nada. Sus acompañantes tampoco pudieron reaccionar. Cuando se dieron cuenta ya rodaba, inerte, ladera abajo.

La senda no entraña gran dificultad hasta ese último tramo que baja a la cala del Llebeig. Donde la mujer se precipitó al vacío, la trocha va colgada del acantilado. La senderista, que tenía vivienda en Piles, tuvo la desgracia de dar un traspié precisamente en el punto más peligroso.

Esta senda está de moda. El paisaje de acantilados impresiona. A la cala del Llebeig sólo se puede acceder por este camino y por otra senda que baja por el Barranc de la Viuda. La mayor parte de los excursionistas tienen entre 50 y 70 años.