Un juzgado de lo Penal está sentando en el banquillo a siete acusados por los incidentes en la inauguración del AVE el 17 de junio de 2013. Los acusados, entre los que hay un dirigente de CC OO, se han declarado inocentes y han culpado a la Policía de los incidentes por cargar contra los manifestantes. Algunos se han acogido a su derecho a no declarar a determinadas preguntas del fiscal y ninguno ha querido responder a la acusación particular que ejercen los agentes lesionados. Frente al Palacio de Justicia se ha convocado una concentración de apoyo por la plataforma llamada Los siete del AVE, con pancartas diciendo "No somos delito" y denunciando represión.

La Fiscalía reclama penas para ellos de entre dos y cinco años de cárcel por estos hechos. Entre otras cosas se les acusa de bloquear con piedras la salida del parking de la estación y de apedrear a los agentes. Los acusados han negado ser los responsables de ninguno de los actos violentos. Unos han dicho que ni siquiera estaban en el lugar de donde se lanzaron las piedras y que fueron golpeados con las porras mientras sostenían una pancarta. Los acusados fueron detenidos tres días después de los hechos al ser identificados por grabaciones de vídeo y fotografías de los incidentes. Al ser preguntados si se reconocían en esas imágenes, algunos se han negado a responder y otros han dicho que trataban de protegerse.

El inspector que estuvo al frente del operativo en la zona de los incidentes ha dicho que algunos de los manifestantes habían bloqueado con piedras la salida del apartamento de la estación para impedir que las autoridades abandonaran el recinto. Según dijo al ir a hablar con ellos para que depusieran su actitud la emprendieron a golpes y pedradas. El inspector ha llegado a identificar algunos de los acusados como los causantes de los disturbios.