La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo a los presuntos miembros de una organización dedicada a asaltar a conductores, principalmente turistas extranjeros, en áreas de servicio de las autopistas, entre otros lugares. La Fiscalía reclama para cada uno penas que suman 24 años de prisión por asaltos perpetrados entre los meses de abril y julio de 2016. Los acusados, que están representados por el abogado Francisco Galiana Botella, se acogieron ayer a su derecho a no declarar, pero se declararon inocentes y negaron cualquier implicación en los siete robos que les imputan. La Fiscalía les acusa de delitos de organización criminal, hurto, robo con violencia, robo con fuerza, estafa y daños.

En el banquillo se sientan cuatro acusados y hay un quinto miembro de la banda que está declarado en rebeldía. Los cuatros están en prisión y cuentan con otras causas abiertas por hechos similares. En la vista de ayer comparecieron además de los procesados, los policías que investigaron el caso y algunas de las víctimas. Según el escrito de acusación, los implicados formaban para de una organización denominada las Brigadas de Chitila, que se componen de varios grupos, dirigidos cada uno por una o varias personas, que se reparten por los distintos estados europeos. En cada país, se asignan zonas específica y, concretamente en España, se repartieron entre la Costa del Sol y la Costa Mediterránea. El fiscal relata en su escrito de acusación que la banda usaba documentación falsificada y tarjetas de crédito con identidades ficticias pero con cuentas asociadas y dotadas de fondos en Rumanía y con las que abonaban el alquiler de coches y con los que se movían por distintas autopistas y autovías para cometer robos al descuido. Aunque en el caso de que las víctimas se resistieran, no dudaban en ejercer la violencia física contra ellas para arrebatarles el botín.

Víctimas

La banda solía elegir a ciudadanos extranjeros de vacaciones o de paso por la provincia, llegando a seguirles a sus hoteles o a su residencia de vacaciones. En los robos cometidos en áreas de descanso de las autopistas, se elegían a personas de paso en España. Para llevar a cabo sus acciones, la banda solía repartirse las funciones, encargándose uno del alquiler, otro de conducir y otros la ejecución material del robo. Según el escrito de acusación, un miembro de la banda llegó a publicar en Facebook el 18 de abril de 2016 que estaban preparados «para devastar Europa».

Algunos de los afectados por los robos no se ha presentado para declarar en el juicio y otros han podido testificar videoconferencias desde sus países, aunque con algún problema técnico. Turistas británicos, alemanes o italianos, o familias de magrebíes mientras estaban durmiendo en áreas de descanso de autopistas durante la Operación Paso del Estrecho. Otros robos se cometían en el momento en que los turistas llegaban a sus domicilios o a su hotel y también en el momento en que salían del restaurante al que habían ido a cenar.

Los robos enjuiciados ayer se cometieron en El Campello el 12 de mayo de 2016; el 5 de junio en Cabo Roig; el 2 de junio en Librilla (Murcia); el 25 de junio en Santomera (Murcia); el 26 de junio en la estación de servicio de la AP-7 en La Vila Joiosa; el 15 de junio en el club de golf El Plantío de Alicante; y el 29 de junio en Orihuela.

En uno de los robos, del que fue víctima una familia de magrebíes en Murcia, los perjudicados trataron de perseguirles con su coche y, finalmente, los asaltantes les embistieron con el coche cuando lograron cerrarles el paso a la altura de la salida de la autovía en Elche.