La Audiencia de Alicante ha condenado a un guardia civil de Santa Pola por colaborar con una red que estafaba con carnés de conducir falsos, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. El fallo le impone dos años de cárcel por un delito de revelación de secretos por filtrar datos personales de personas a las que la red pretendía cobrar dinero. El agente se justificó que se dio la información porque era un confidente y era en beneficio del servicio, pero la sala entiende que los datos se facilitaron para cobrar una deuda y esto no tenía relación con actuación policial alguna.Otro funcionario estuvo acusado de estos mismos hechos pero la Audiencia le ha absuelto al no haber quedado probado que llegara a facilitar la información a la red, aunque sí llegó a consultar las fichas de las personas que le pidieron. También los agentes han sido absueltos de tratar de extorsionar a otro hombre que no pagó los servicios de la red. Según el fallo, ni se identificaron como guardias civiles, ni amenazaron a la víctima.Asimismo, la sentencia impone una condena de un año y nueve meses de cárcel a dos miembros de la red por estafa. Los magistrados de la Sección Décima de la Audiencia consideran probado que estos dos acusados en el año 211 ofrecían a personas analfabetas y extranjeros con dificultades para entender el castellano la obtención de carnés supuestamente auténticos por un precio de 1.500 euros simulando tener contactos en Tráfico o ser propietarios de autoescuelas que facilitaban el permiso sin realizar el examen teórico.El fallo relata que alguna de las víctimas creían que los acusados regentaban una especie de autoescuela para personas analfabetas y otros pensaban que pagando podían obtener el carné sin mención alguna a otros trámites. Uno de los acusados se encargaba de captar a las personas interesadas en obtener el carné y les acompañaba a realizar el reconocimiento médico, recogiendo toda la documentación y haciendo los cobros correspondientes. Por estos servicios cobraba 100 euros a cada cliente, entregando el resto a otro de los procesados que simulaba ser un guardia civil y que entregaba los carnés de conducir.«La finalidad del engaño era obtener dinero a cambio de una contraprestación que sabían inatendible por los cauces legales y que, de hecho, no se atendió, produciéndose así una lesión en el patrimonio de los perjudicados que abonaron un servicio que no recibieron», señala la sentencia.El fallo ha absuelto a un tercer miembro de la red por no quedar probada su participación en los hechos. Ninguna de las víctimas le identificó como su interlocutor para la obtención de los carnés y las intervenciones telefónicas tampoco desvelan su participación en la trama, argumental los jueces.
Presunta extorsiónEn el verano de 2011, un hombre contactó con los acusados con quienes acordó el pago de 1.200 euros y el traspaso de un BMW de su mujer a cambio de que le consiguieran un permiso que le permitiera conducir camiones articulados. Para ello entregó su propio carné a uno de los acusados. La red llegó a recurrir a los agentes acusados para cobrar el dinero, que le acompañaron a Alcantarilla. El fallo no ha declarado probado que ninguno de ellos se identificara como guardias civiles, ni trataron de aprovecharse de su puesto para extorsionar a la víctima. El tribunal dice que el miembro de la trama se dirigió hacia la víctima de manera airada, vociferando y llegando a dar un puñetazo en la mesa exigiendo el dinero, mientras que los agentes se encontraban de manera presencial. Para los magistrados, en caso de ser delito, este hecho sería una falta cometida por la persona que amenazó y ya habría prescrito. En cuanto a la revelación de información privilegiada, el fallo considera probado que los dos agentes entraron a mirar datos de las personas que les pedía la red, como la dirección, los antecedentes penales, etc. Sin embargo, para los magistrados sólo ha quedado probado que fuera uno de ellos el que facilitara esa información a la red.
