El titular del Juzgado de Instrucción cuatro de Benidorm investiga a varios responsables de Terra Natura por la muerte de una trabajadora el pasado 2 de julio, que fue atacada por un tigre mientras limpiaba la zona donde se cobijan. La investigación, realizada a petición de la Fiscalía y la acusación particular, se centra en el gerente del parque, Alberto Gaforio; el director de animales, Enrique Sánchez; la veterinaria Gloria Rivera y el técnico de prevención de riesgos laborales, Juan Alonso Toscano.

Las diligencias descartan una imprudencia de la trabajadora fallecida, Ainhoa Pariente, puesto que en referencia al protocolo que se debería haber seguido se indica que «no se puede cumplir lo que no se conoce». La investigación precisa que «no existe documento alguno de que la trabajadora fallecida le haya sido notificado y comunicado el protocolo de seguridad en el manejo de animales realizado por la empresa», «de obligado cumplimiento» por cualquier trabajador con la función de la fallecida.

Se indica asimismo que Terra Natura tenía la «obligación inexcusable» de formar en dicho propósito a cualquier trabajador que desempeñara esa labor y se añade que «en los once años que Ainhoa Pariente trabajó en Terra Natura» no se hizo. Además de no haber sido formada, la diligencia hace constar que en febrero de 2016 se cambió el sistema de cerramiento de las puertas que comunican los diferentes cobijos de tigres y revela que «no es posible que Ainhoa Pariente lo conociera puesto que desde febrero no volvió a trabajar en la limpieza de cobijos hasta el accidente, no habiendo sido formada en el nuevo sistema».

La policía subraya en este punto que «las diferencias entre el viejo sistema de cerramiento y el nuevo son significativas». Igualmente se pone de manifiesto que para el manejo de animales potencialmente peligrosos siempre «es preceptivo» la presencia de un trabajador más, que en este caso no se dio.

De hecho, la policía reseña que este último punto «la empresa lo incumple sistemáticamente a la hora de la limpieza del complejo de los tigres». Y se añade que, según el testimonio de los trabajadores, dicha tarea «siempre la realiza un trabajador solo». Por ello, según la policía, «se observa una imprudencia grave y reiterada en el tiempo por parte del gerente y el director técnico de animales, puesto que son conocedores del incumplimiento sistemático de un protocolo en sus instalaciones que es de cumplimiento obligatorio». Dicha imprudencia, añaden, «ha causado un daño grave». No haber formado a los trabajadores supone, para la policía, «una negligencia grave».

Por otra parte, el Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat) señala en su informe la recomendación a la empresa de realizar recordatorios periódicos de los procedimientos, así como «formación continua, participación de trabajadores y un refuerzo de la integración de la prevención en la empresa». El Invassat apunta, no obstante, algunas causas del accidente: Baraja como hipótesis que la víctima «pudo acceder al pasillo de cobijos sin comprobar que las puertas estaban abiertas» y también que «pudo no dejar dos puertas cerradas entre el tigre y el lugar de trabajo», como indica el protocolo. Igualmente incide en que la fallecida podría haber cerrado las puertas antes de trabajar «dejando alguna de ellas mal cerrada» o que «pudo abrir puertas desconociendo la localización del tigre, por lo que no respetó la distancia y medidas de seguridad». Del mismo modo, también se señala que podría estar alguna puerta «entornada, y que el tigre la abrió sin percatarse la trabajadora». De cualquier forma concluye, que según los testimonios, «las puertas que comunican los cobijos estaban abiertas».

Por último, otro informe del inspector de Trabajo y Seguridad Social aboga como hipótesis «más probable» que la trabajadora «pensó que no había ningún tigre en la zona de jaulas y no comprobó a conciencia dicha situación, no cerrando ninguna compuerta a la hora de efectuar la limpieza». Otra hipótesis es que «aun comprobando que estaba un tigre en la zona de jaulas, se despistase por cualquier motivo y creyó que ya había cerrado previamente dos compuertas de separación». A juicio del inspector, «intervino un comportamiento imprudente».