La Guardia Civil ha detenido a trece presuntos miembros de una organización de narcotraficantes que contaban con tres laboratorios de adulteración de cocaína que han sido desmantelados en Villena, Cañada y Alpera (Albacete). Además de los laboratorios la operación de la Benemérita ha permitido desmantelar trece puntos de venta de droga en domicilios particulares y establecimientos públicos de Villena y Alpera y en un negocio de fontanería de Cañada, según informó ayer la Guardia Civil.

La red desarticulada contaba también con un cultivo «indoor» de 496 plantas de marihuana. Los investigadores de la Guardia Civil han realizado once registros domiciliarios en los que decomisaron 469 gramos de cocaína de gran pureza, 1.501 gramos de anfetaminas, 250 comprimidos de medicamentos utilizados para adulterar la cocaína, varios gramos de heroína y resina de hachís y una pistola del calibre 99 mm Parabellum con la numeración borrada y munición real de dicho calibre.

Asimismo, intervinieron 105.738 euros en efectivo, cinco turismos utilizados para el transporte y transacciones de la droga, útiles y enseres para la transformación de la cocaína y material audiovisual, informático y de telefonía móvil.

La Guardia Civil de Albacete inició las pesquisas en octubre del pasado año al detectar que un vecino de Alpera con antecedentes por tráfico de drogas podría estar dedicándose de nuevo a la distribución de cocaína.

Entramado criminal

Las primeras indagaciones desvelaron la existencia de un domicilio en Alpera que se utilizaba como punto de venta de cocaína a consumidores de este municipio albaceteño y localidades limítrofes. Conforme avanzaron las pesquisas la Benemérita descubrió que se trataba de un entramado criminal formado por varios miembros de una familia y otra persona allegada que se estaban dedicando a la adquisición, adulteración y distribución de cocaína y marihuana.

Los seguimientos al cabecilla de este clan familiar revelaron que él se encargaba de desplazarse hasta Villena para adquirir cocaína con el fin de adulterarla posteriormente para venderla en Alpera.

En alguno de estos viajes a Villena iba acompañado de su compañera sentimental y adoptaba medidas de seguridad con el fin de dificultar un posible seguimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

La Guardia Civil identificó a tres vecinos de Villena que contactaban con el del Alpera y ampliaron las pesquisas al comprobar que también eran traficantes y como medida de seguridad usaban coces a nombres de terceras personas para transportar droga.

Los investigadores también descubrieron que realizaban frecuentes visitas a una nave de Villena y allí se incautaron de 496 plantas de marihuana que arrojaron un peso de 54 kilos. Contaban con alta tecnología para lograr hasta cuatro cosechas anuales de marihuana y se habían enganchado ilegalmente a la red eléctrica para dar suministro a la plantación.

La red enviaba la mayor marte de la marihuana a Italia y Holanda y la camuflaba en un vehículo con dobles fondos.

La detención de los tres principales dirigentes de la organización se llevó a cabo cuando circulaban por la A-7 hacia Valencia. Cada uno llevaba tres terminales de telefonía móvil escondidos en diferentes compartimentos y 60.000 euros en metálico.