? Un hombre de 35 años que acababa de doctorarse en Física en la Universidad de Burjassot y estaba a punto de viajar a Marsella para comenzar una prometedora carrera vio truncada su vida profesional cuando, estando sentado con dos amigos en una terraza de València, un extraño se le acercó y le roció la cabeza con ácido tras confundirlo con otra persona. «Llevaba un vaso y sin decir nada me tiró el líquido. Enseguida noté un quemazón en el cuerpo y la cara, no podía ver nada», relató ayer el agredido en julio de 2014, durante el juicio celebrado en la Audiencia de València. «No lo veo bien porque me quemaron los ojos, pero es él», aseguró la víctima reconociendo así durante la vista oral, y tras declarar detrás de un biombo, a su agresor, pese a haber perdido la visión de un ojo y apenas tener un 60% de visión en el otro. El acusado identificado por el agredido es un presunto sicario argentino al que contrató una joven que decía haber sido violada. Su móvil real para encargar el ataque, según las investigaciones, era pasional. La también acusada como inductora estaba supuestamente enamorada de una amiga y como no le correspondía la tomó con el novio de ésta.