Un malentendido o abusos a una niña de 4 años durante un desfile de las fiestas patronales de Benidorm. La Audiencia de Alicante dejó ayer visto para sentencia un juicio a un jubilado acusado de realizar tocamientos a una menor y a la madre de la niña acusada de lesiones por pegar al hombre tras conocer lo ocurrido. El fiscal y la acusación particular solicitaron una pena de tres años de prisión para el acusado de abusos sexuales, mientras que la defensa pidió la absolución.

Según el ministerio público y la acusación particular ejercida por la madre de una menor que en 2012 tenía poco más de cuatro años, el acusado se acercó a la niña, le ofreció caramelos y le realizó tocamientos durante un desfile. Cuando la madre de la menor fue alertada, agredió al hombre y a una amiga de éste que se había acercado para ayudarle, según el fiscal, quien pide que indemnice a las personas agredidas con 600 euros por dos faltas de lesiones.

El acusado, un jubilado que estaba alojado con otros amigos en un hotel de Benidorm, negó ayer en la vista oral que le hubiera realizado tocamientos libidinosos a la niñas y aseguró que estaba en la calle viendo el desfile cuando empezaron a tirar caramelos y a la madre se rompió la bolsa donde los metía. El procesado añadió que le ofreció otra bolsa a la madre y que todos recogieron caramelos del suelo y le dio a la niña, pero en ningún momento abusó de la pequeña.

El jubilado señaló que la madre comenzó a pegarle manotazos en la cara y en la cabeza después de que una mujer que presenciaba el desfile le dijera que él estaba tocando a su hija.

El hecho de que se fuera a su hotel antes de la llegada de la Policía fue, según explicó al tribunal, porque ha sufrido dos ataques al corazón y se marchó con su mujer tras decir a sus amigos que esperaría a los agentes en el establecimiento donde se hospedaban.

La madre de la niña, que se sentó ayer en el lado contrario al acusado de los abusos, negó haber agredido al procesado y a una amiga de éste y aclaró que únicamente se dedicó a sujetarle fuerte para que no huyera mientras esperaba a la Policía. Asimismo, señaló que ella no vio que tocara a su hija porque estaba recogiendo caramelos del suelo y fue otra mujer quien le advirtió de que el hombre le estaba tocando. En ese momento reconoce que «me volvía loca» y gritaba para que le ayudaran.

«Inapropiados»

La mujer que dio la voz de alarma calificó ayer de «inapropiados» los tocamientos del jubilado a la niña, aunque reconoció que no vio que le tocara la vagina. Manifestó que vio cómo le masajeaba los hombros y el pecho, además de tocarle en una pierna.

Una psicóloga que se entrevistó con la menor emitió un informe donde concluye que su relato era creíble. El médico que la atendió la noche de los hechos confirmó por su parte que la pequeña le confesó que sufrió tocamientos.

La esposa y otros amigos del acusado negaron los abusos a la menor y achacaron a una equivocación la acusación de la testigo.