La Fiscalía rechazó ayer que MrGranBomba, nombre artístico que utiliza el youtuber Sergio Soler, tenga que ser indemnizado por la agresión que sufrió por llamar «caranchoa» a un repartidor mientras grababa un vídeo humorístico de cámara oculta. El juicio por este guantazo quedó ayer visto para sentencia en un juzgado de Alicante, en el que el Ministerio Público reclamó que el presunto agresor sea condenado al pago de una multa de un mes a razón de cuatro euros diarios (120 euros) por un delito leve de lesiones, pero no reclamó indemnización alguna para la víctima por entender que en la agresión hubo una provocación previa y que el youtuber obtenía un enriquecimiento económico con la difusión de estos vídeos.

El youtuber está personado como acusación particular que ejerce el letrado Manuel Perales y reclama el pago de una multa de 180 euros y una indemnización de 300 euros. MrGranBomba anunció en uno de sus vídeos que el dinero lo destinaría a obras benéficas. Por su parte, el abogado Carlos Frigola que lleva la defensa del repartidor reclamó la libre absolución y que se deduzca testimonio al youtuber por otros delitos que habría podido cometer en sus grabaciones.

El repartidor acusado de la agresión aseguró para justificar el golpe ayer en el juicio que pensó que el youtuber estaba intentando robarle. Según explicó, iba cargado con tres paquetes para entregar en un domicilio cuando fue abordado por el joven. «No entendía nada de lo que estaba pasando y creí que todo era para robarme», aseguró. El acusado explicó que en caso de robo hubiera tenido que pagar él mismo de su bolsillo los paquetes desaparecidos. «Eran los días de la campaña de Navidad, donde la actividad es mucho más intensa, y teníamos una presión mayor», aseguró.

El presunto agresor sostuvo que este incidente le había causado perjuicios psicológicos y crisis de ansiedad. «La gente me reconoce por la calle y sabe quién soy. Alguno me para decirme que en vez de un guantazo, le tendría que haber dado dos», señaló. En los primeros días tras los hechos llegó a afeitarse la barba para evitar que le reconocieran y pasó las navidades en casa, sin ganas de salir ni de hacer nada. El repartidor trató de evitar las cámaras, negándose a que los reporteros tomaran imágenes de la sala de vistas y saliendo del Palacio de Justicia por una puerta trasera para esquivarlas.

MrGranB0mba no evitó a las cámaras, pero no quiso hacer ninguna declaración a su llegada al Palacio de Justicia. Durante la declaración aseguró que el vídeo era una de sus bromas de cámara oculta que lleva cinco años colgando en Youtube y con las que consiguió más de medio millón de seguidores. «Cada semana intentaba hacer una broma distintas porque eso es lo que me piden mis seguidores», explicó. Aunque admitió que en muchas ocasiones se buscaba el enfado de las personas que aparecían en sus vídeos, puntualizó que se trata de un «entretenimiento» y que «yo no tengo ninguna maldad».

El youtuber aseguró que trató de disculparse con el repartidor y hacerle ver que todo se trataba de una broma, pero éste se puso muy nervioso. El joven aseguró que no trató de tensar la situación y prolongar la grabación para forzar una reacción de su agresor. «Me gusta quedarme y dar la mano a las personas a las que gasto bromas», señaló, al tiempo que añadió que todos los vídeos que sube cuentan con el consentimiento de quienes aparecen en ellos. En el caso del repartidor, no hubo este permiso, motivo por el que pixeló su rostro. La intención de subir ese vídeo fue la de denunciar su agresión, según explicó.

Durante el juicio, se visionó el polémico vídeo, así como otras grabaciones de bromas similares publicadas en el canal de Youtube del joven agredido. A raíz del aluvión de críticas que recibió por estos hechos, MrGranbomba se ha apartado de las redes, borrando todos sus vídeos y hasta su cuenta de Twitter. La campaña de acoso llegó incluso a las amenazas de muerte. El joven fue interrogado ayer durante la vista por la reciente venta de su canal de Youtube a la firma ilicitana Hawkers, pero éste no dio ninguna cifra asegurando que el contrato firmado era «confidencial».

El abogado del repartidor considera que concurre la libre absolución porque su cliente actuó en legítma defensa y concurre una atenuante de obcecación. Asimismo, ha reclamado al juez que deduzca testimonio contra el youtuber por denuncia falsa, al entender que había faltado a la verdad en algunos extremos de la denuncia, así como por usurpación, en alusión a vídeos en los que aparece en un supuesto control de tráfico. Frigola también presentará una querella por injurias y calumnias después de que MrGranBomba llamara a su cliente «desequilibrado», «amargado», «estúpido», «prepotente» y «delincuente» en uno de los vídeos en los que denunciaba la agresión.

Fenómeno viral

El guantazo se convirtió en su día en todo un fenómeno mediático, con memes, remontajes del vídeo y hasta videojuegos. Meses después han aparecido otros youtubers en cuyos vídeos el llamar caranchoa a un repartidor ha pasado a ser una mera anécdota. Es el caso del youtuber imputado por dar galletas con pasta de dientes a un indigente en Barcelona. Otro youtuber malagueño provocó hace escasos días que ardieran las redes cuando aparecía rociando a un repartidor de pizza, aunque hace seis días admitió que se trataba de un montaje. El proceso había levantado tal expectación que hasta televisiones nacionales desplazaron equipos a Alicante para cubrir la vista oral.