El aviso de un vecino de Aspe alertando a la Guardia Civil de unos ruidos en una vivienda abandonada permitió a los agentes descubrir una plantación «indoor» de marihuana. La casa es propiedad de una entidad bancaria y había sido ocupada ilegalmente por un joven de 20 años que ha sido acusado de los delitos de usurpación de inmueble, tráfico de drogas y defraudación de fluido eléctrico, ya que tenía un enganche ilegal de luz.

La droga intervenida, 60 plantas de marihuana y más de medio kilo de hachís ha sido valorada en unos 4.000 euros, aunque la Benemérita asegura que los beneficios habrían sido mayores una vez distribuida la droga al consumidor final.

La investigación se inició gracias a la colaboración ciudadana. Cuando una patrulla de la Guardia Civil de aspe acudió a comprobar unos ruidos en una casa de un banco que supuestamente estaba vacía se encontraron con que la puerta principal de acceso estaba rota y el interior presentaba un evidente estado de abandono.

Al inspeccionar el interior los agentes localizaron en el salón dos ciclomotores y un kart desguazados, cuya procedencia están siendo investigada por la Guardia Civil ante la sospecha de que puedan ser sustraídos.

Esa no fue la única sorpresa porque siguieron registrando la casa en una de las habitación descubrieron sesenta plantas de marihuana de diferentes tamaños, tres piezas de hachís con un peso total de 523 gramos y una bolsa con 23 gramos de marihuana. También había los útiles y productos necesarios para el cultivo y distribución de la marihuana, entre ellos tres focos de luz y calor, tres ventiladores, cuatro básculas de precisión y dos picadores.

Tras el descubrimiento de la plantación de droga la Guardia Civil realizó unas pesquisas que permitieron localizar y detener rápidamente a un joven de 20 años que estaba residiendo en la vivienda propiedad de un banco y subsistía presuntamente con el dinero de la venta de droga.