Un pederasta británico de 70 años detenido el pasado año en Santa Pola y extraditado a su país por haber abusado de más de 30 niños en Reino Unido y Tailandia ha sido condenado por un tribunal londinense a 13 cadenas perpetuas.

Según un comunicado de la Embajada Británica en Madrid, a Mark Frost, que también adoptaba el pseudónimo de Andrew Tracy, se le ha considerado culpable de los delitos de violación, incitación a actividades sexuales con menores y fotografías indecentes de menores, entre otros.

La nota indica que el Tribunal Penal Central de Londres acaba de emitir la condena y que su juez, Mark Lucraft, ha calificado en el veredicto de «verdaderamente estremecedora» la actuación del condenado.

Durante el juicio, celebrado la semana pasada, el condenado admitió haber abusado de niños durante 25 años, así como haber cometido un total de 45 delitos ante lo cual el juez Lucraft afirmó que es una persona que sigue suponiendo un riesgo para los menores, por lo que pasará un mínimo de 16 años en prisión.

Este hombre fue arrestado por la Guardia Civil en Santa Pola el 17 de marzo de 2016 a partir de una orden de arresto europea solicitada por la agencia policial británica NCA (National Crime Agency) por supuestos abusos sexuales cometidos en Tailandia y Holanda.

Se sospecha que pudo haber abusado de muchos más niños y niñas en el Reino Unido, donde fue profesor entre los años 70 y 90 del siglo pasado, por lo que la policía británica ha hecho un llamamiento para animar a las posibles víctimas a denunciar. «Las fronteras internacionales no son una barrera para la Justicia y esta condena se ha conseguido gracias a un trabajo minucioso de colaboración entre la fiscalía británica, la NCA y fiscales tanto europeos como tailandeses», señaló el fiscal especial del Servicio Fiscal de la Corona (CPS), Ruona Iguyovwe, según el comunicado de la Embajada.

El embajador británico en España, Simon Manley, también expresó su satisfacción por la actuación conjunta hispano-británica.

Se trata de la segunda condena en menos de un mes a un británico que había sido incluido en la lista de los más buscados tras su arresto en España. El otro caso es el de Matthew Sammon, en su día capturado en Málaga y que ha sido condenado a dos años y seis meses de prisión tras declararse culpable de hacer y poseer fotografías indecentes de niños.