La Policía Nacional arrestó el domingo a un hombre de 51 años por propinar una brutal paliza al cachorro de su casero, informó ayer la Comisaría de Alicante. El detenido tenía alquilada una habitación en el inmueble y agredió al perro cuando se quedaron solos en la vivienda. La explicación que les dio era que había tenido que aleccionar al animal por morder un rollo de papel higiénico y porque le mordió en la mano cuando le reprendió.

Los dueños del piso se encontraron con el perro, de raza Jack Rusell y de tan solo un año de edad, moribundo y semiiconsciente en el suelo, con el collar arrancado. El perro se encontraba en estado crítico y presenta fracturas en varias costillas, con riesgo de perder un ojo. Con el informe del veterinario, los dueños del perro se presentaron en Comisaría para interponer una denuncia contra su inquilino por un delito de maltrato animal. Los agentes, una vez que confirmaron la veracidad de la denuncia, procedieron a su arresto y ayer pasó a disposición del juzgado de guardia de Alicante, donde quedó en libertad con cargos. El juzgado está pendiente de los informes médicos para enviar la causa a un juzgado de lo Penal.

El dueño del perro, Jean Carlos Espin, aseguró ayer a este diario que el estado del perro había mejorado, aunque «se niega a beber líquido» y «ha cogido miedo a que se le acerque alguien». Con toda probabilidad perderá el ojo, como consecuencia de la paliza. En la casa viven además la madre y el hermano y todos se marcharon el domingo por la tarde dejando a solas al perro con el inquilino.

«No hay más que verle para saber que no es un perro agresivo. Es un cachorro, apenas tiene un año de edad», explicó a este diario. «Es incapaz de causar lesión a alguna persona», recalcó. El inquilino había entrado a vivir al inmueble hacía dos años, donde tenía alquilada una habitación. Asociaciones en defensa de los animales podrían personarse en esta causa como acusación particular.

El Código Penal prevé entre tres meses y un año de cárcel los malos tratos a los animales. En el caso de que éste fallezca, la pena podría ser de entre seis y dieciocho meses de prisión.

No es el único caso de maltrato animal que ha tenido la Policía de Alicante en los últimos días. Los agentes intervinieron a finales del pasado enero al recibir un aviso de que en la terraza de una vivienda de la ciudad se encontraba un perro de escasos meses encerrado sin comida ni agua. El animal se encontraba en estado de deshidratación y fue rescatado con la ayuda de los Bomberos y entregado a la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Alicante, que se hizo cargo de su cuidado.