La Fiscalía pidió ayer tres años y tres meses de prisión para un conductor acusado de la muerte de un motorista en la antigua N-332 a la altura del término de Sant Joan d'Alacant. Según el escrito de acusación, en el momento del accidente, el conductor se encontraba circulando a elevada velocidad bajo los efectos del alcohol y de la cocaína, motivo por el que se le imputan un homicidio por imprudencia en concurso con un delito contra la seguridad vial. El acusado admitió ayer que había bebido y consumido droga pero mantuvo que no tuvo la culpa del accidente. Según su versión, se vio obligado a dar un volantazo para esquivar a otro coche, sin percatarse de que la moto circulaba a poca distancia de su vehículo en el carril derecho. A lo largo de su declaración, paró varias veces para ponerse a llorar, asegurando que lamentaba mucho lo ocurrido y que estaba muy arrepentido.

El juicio quedó ayer visto para sentencia en un juzgado de lo Penal de Alicante. Los hechos ocurrieron sobre las 0.39 horas del pasado 21 de febrero de 2015 en la avenida Miguel Hernández de Sant Joan d'Alacant que une este municipio con el de El Campello. Según el escrito de acusación al que ayer tuvo acceso este diario, el Ministerio Público cree que el estado de embriaguez y la velocidad excesiva fueron las causas del accidente mortal. La prueba de alcoholemia que se practicó al acusado poco menos de dos horas después dio un resultado de 1,5 g/l, así como un resultado positivo en el consumo de cocaína, tras los análisis de sangre que le hicieron en el Hospital de Sant Joan y para los cuales dio su consentimiento. Como consecuencia de este accidente, el procesado llegó a estar en prisión preventiva durante dos meses.

El abogado defensor, José Luis Sánchez Calvo, planteó que el acusado no era responsable de la muerte del motorista, ya que éste circulaba sin el casco e incidió en que no había quedado acreditada la velocidad a la que iba circulando el coche.

Tras la colisión con la moto, el vehículo acabó impactando en una isleta e impactó contra una señal de tráfico, una farola y un poste publicitario. El Ayuntamiento de Sant Joan reclamaba un total de 2.346 euros por los daños causados al mobiliario urbano durante el siniestro. Por su parte, los padres del joven fallecido en el accidente habrían percibido una indemnización de 200.000 euros pagados por la compañía de seguros del coche del acusado, informaron fuentes cercanas al caso. En el juicio se debe dilucidar otra indemnización para ellos de 6.000 euros en concepto de los gastos del sepelio, más otros 650 de los daños sufridos por el ciclomotor.

Los policías declararon que el acusado presentaba síntomas evidentes de estar ebrio, como olor a alcohol, ojos brillantes, habla pastosa, expresiones incoherentes, entre otros. El juicio quedó ayer visto para sentencia.