La Audiencia de Alicante ha absuelto a dos acusados de robar 100.000 euros y matar a un empresario danés cuyo cuerpo apareció quemado en un paraje de Benidorm en agosto de 2009. Los acusados, defendidos por los abogados Francisco González Fernández y Rogelio Martínez Cañavete, se enfrentaban a sendas penas de 16 años y tres meses de prisión y al pago de indemnizaciones por valor de más de 135.000 euros, pero el tribunal entiende que no existen pruebas de cargo y los indicios de culpabilidad «no permiten afirmar con la rotundidad necesaria» que los procesados mataran al empresario, por lo que acuerda la absolución de ambos.

Los hechos declarados probados en la sentencia dictada por la Sección Décima de la Audiencia indican que la mañana del 9 de agosto de 2009 unos desconocidos se personaron en una vivienda de la calle Xena de Altea donde residía el danés Flemming Budde, que dirigía una empresa de telecomunicación en Dinamarca. Añade el fallo que conociendo su solvencia económica y que pudiera ocultar en su casa gran cantidad de dinero o por otras razones, los agresores comenzaron a golpear en el rostro y en la cabeza al empresario.

Los golpes se repitieron hasta que usaron un objeto contundente con el que le provocaron unas lesiones neurológicas graves. A continuación arrastraron el cuerpo hasta el vestíbulo de entrada, lo envolvieron con un edredón del dormitorio de la víctima y lo ataron con una cuerda con la intención de desprenderse del que creían ya cadáver.

Sacaron el cuerpo de la vivienda y lo trasladaron a un descampado situado en la partida Azagador de Benidorm, donde lo rociaron con líquido inflamable y le prendieron fuego, falleciendo instantes después, precisa la sentencia.

Sin vestigios

El tribunal señala en los fundamentos jurídicos de la sentencia que los indicios existentes no pueden justificar la condena de los dos acusados. Así, indica que el hecho de que uno de los acusados viera a la víctima en su casa tres horas antes de aparecer su cuerpo ardiendo en Benidorm es un indicio que no se ve complementado con ningún vestigio biológico en los dos escenarios de los hechos ni en los vehículos de los acusados y de la víctima.

En este sentido, explica la sentencia que el primer informe de autopsia apuntó erróneamente que las fracturas en la cabeza se debieron a las altas temperaturas a las que estuvo sometido el cadáver. La segunda autopsia se realizó más de un año después tras identificar el cadáver y confirmó que fue asesinado.

Al determinarse inicialmente que la muerte fue accidental, el tribunal considera que no pudo realizarse una inspección más exhaustiva en el lugar del incendio. El examen se realizó muchos meses después y la posibilidad de hallar algún indicio o vestigio se vio muy reducida.

Testigos

La Audiencia Provincial entiende que no puede asegurarse que en la casa del fallecido había 100.000 euros y recuerda que varios testigos indicaron que la víctima tenía 130.000 euros en una caja fuerte y que ese dinero se lo había sustraído su propia mujer de una caja de seguridad de un banco mientras él estaba hospitalizado. Su mujer llevaba cuatro meses fuera de casa y el fallecido contó a varios amigos que pretendía divorciarse.

El tribunal de la Sección Décima también estima un indicio insuficiente el hecho de que un acusado mostrara un contrato que aparentaba que la víctima le había alquilado su casa, lo que justificaría que entrara en la vivienda con el otro procesado para limpiar la sangre y otros vestigios del crimen.