La Policía ha asestado un nuevo golpe a las mafias georgianas especializadas en el robo de viviendas con el método de la ganzúa, con 61 detenidos, de los que 37 están en prisión, y a los que se atribuye el notable aumento de este delito.

De hecho, según han resaltado hoy los responsables policiales de la operación en rueda de prensa, la desarticulación de esta banda de ladrones ha motivado un descenso del 27 por ciento de los robos en viviendas en la región madrileña en los últimos meses.

Un delito que se había incrementado y que sirvió de acicate para que la Policía pusiera en marcha el llamado Plan Domus el pasado mes de marzo y que en nueve meses, en opinión del jefe superior de Policía de madrid, Alfonso José Fernández, ha dado muy buenos resultados.

Hasta el 31 de diciembre han sido detenidos más de un millar de ladrones gracias a las medidas de este plan que se plantean imitar otras comunidades autónomas.

Por esta razón, la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, ha mostrado su satisfacción por este "contundente" e "importante" golpe a las mafias dedicadas al robo de viviendas en la región, en el marco de la segunda fase de la operación Aikon, desarrollada en 2015.

Y es que a mediados de ese año, la Policía detenía a cerca de medio centenar de ciudadanos georgianos en Madrid y Valencia y daba por desarticulada la mayor trama experta en el robo de casas en España.

Nada más lejos de la realidad. Apenas unos meses después, a principios de 2016, los investigadores volvían a detectar el mismo modus operandi. La organización criminal no había cesado y se había recompuesto tras las detenciones, hasta el punto de que varios arrestados que fueron puestos en libertad volvían a integrarse en células operativas.

Nueve células funcionaban a pleno rendimiento y con más perfección que antes, aunque para abrir las puertas emplean siempre ganzúas que incluso ellos mismos se fabricaban con radios de bicicletas o con llaves "allen" que afinaban.

Y bautizaban sus arcaicas "herramientas de trabajo" con varios nombres, según ha explicado el jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial, José Luis Conde. Desde el "zorro" pro su forma en zeta para abrir las puertas de viviendas que moradores que no echan la llave, hasta la "azada", la ganzúa empleada para salvar el cierre de las cerraduras en apenas segundos ayudados por hilo de lana.

Todo esto después de hacer la "siembra", es decir, mirar qué viviendas tenían un tipo de cerradura accesible y marcar las puertas con testigos de plástico.

Una vez comprobaban que esos testigos seguían en su sitio -significaba que no había nadie dentro, otra condición indispensable para actuar- asaltaban las viviendas.

Todas las células -estaban asentadas en Madrid, Málaga, Sevilla, Sabadell, Barcelona, Alicante y Baracaldo- rendían cuentas de sus botines -joyas y dinero sobre todo- a cinco personas, conocidas como los controladores, entre ellos la mano derecha del cabecilla de toda la mafia, el "ladrón de ley".

Bajo el sobrenombre de "Steymberg" mandaba a todos desde Italia, después de que fuera expulsado de su país en 2014 por secuestro y asesinato.

Steymberg tenía contacto con esos cinco controladores, encargados del mantenimiento de la estructura y de la logística, pues eran los que conocían más España al llevar más tiempo, hasta el punto de que algunos tenían un trabajo legal como instalador de pladur en Sevilla -el lugarteniente del ladrón de ley- o como vigilante de seguridad en Madrid.

De los 61 detenidos, solo ocho son españoles. Tenían el papel de peristas de las joyas, porque habían dejado de acudir a los establecimiento de compra venta de oro para "colocar" lo robado.

Tanto el jefe superior de Policía de Madrid como el comisario general de Policía Judicial, Eloy Quirós, han dejado claro que en la lucha contra el crimen organizado es "imprescindible" la cooperación internacional, especialmente la del país de origen de los presuntos delincuentes.

En Aikon han participado las policías italiana y georgiana, y también Europol, que tiene en marcha el proyecto Milenium para atajar la delincuencia organizada.