El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha procesado al presunto yihadista arrestado el pasado octubre en Altea y a otro detenido en Málaga por pertenencia al Estado Islámico (EI) y utilizar las redes sociales para captar y adoctrinar adeptos al grupo terrorista incitando a hacer la «Yihad global». Asimismo, el magistrado señala que ambos participaron activamente con células como la Katiba y el Comité Conjunto para la Defensa de los Detenidos Islamistas (CCDDI), un movimiento marroquí de defensa de los derechos de los detenidos por motivos islamistas. Anouar Merabet residía desde hacía 15 años en Altea, donde se había integrado plenamente en la vida del municipio, desfilando en los Moros y Cristianos y jugando al fútbol en la Unión Deportiva Altea.

Abdelilah Migou y Anouar Merabet, ambos de nacionalidad marroquí y en prisión desde octubre de 2016 -detenidos en una operación conjunta con Marruecos-, eran administradores de varios perfiles de Facebook en los que realizaban la «actividad virtual radical». El juez les acusa de ser miembros de una red que captaba y adoctrinaba a personas a través de las redes sociales.

Los dos procesados manifestaron su participación e incitaron a hacer la «Yihad global» para alcanzar el «Paraíso mediante el 'martirio». Además, el juez detalla en su auto que son activistas del Comité Conjunto para la Defensa de los Detenidos Islamistas (CCDDI).

Merabet -residente en Altea- usaba uno de sus perfiles para mantener contacto con personas de su entorno diario; mientras que la otra cuenta se destinaba a difundir material propagandístico yihadista, a comunicarse de manera «segura y efectiva» con miembros de la célula terrorista y con los desplazados a la zona de conflicto. Entre estos contactos se encuentran activistas del CCDDI que posteriormente se habían desplazado a Siria e Irak para enrolarse en organizaciones terroristas, indica el juez. Además, difundió en las redes sociales numerosas publicaciones exaltando la yihad, a muyahidines fallecidos en combate, fotografías de líderes del movimiento de protesta de los detenidos islamistas.

Merabet se encargó de «extremar las medidas de seguridad» para evitar que fuese detectado por su actividad en Internet, explica el juez. En uno de los mensajes que mantiene con un miembro de una katiba investigada en Siria, el procesado le dice que no ha podido contactar con «hermanos» porque en España «la cosa está movida, que solo poniendo "Me gusta" (en Facebook) ya te pueden detener».

Este presunto yihadista también es procesado por tráfico de hachís. En el registro de su domicilio el 11 de octubre de 2016, se incautó 408 gramos de esta sustancia que, según el magistrado, de haberse vendido habría recibido casi 2.500 euros.

En cuanto al detenido en Málaga, el juez señala que Migou no sólo ha mostrado «abiertamente» su adscripción al EI, sino que, asegura, el procesado se siente «parte activa» de la organización terrorista al publicar consignas enaltecedoras al grupo islamista.

El CCDDI es una organización que surgió en Marruecos como movimiento de protesta tras la detención y enjuiciamiento de los autores de los atentados de Casablanca en 2003. Desde esta plataforma se da cobertura a las labores de apoyo, proselitismo y captación de voluntarios para la Yihad.

Según afirma el auto, no sólo han mantenido contacto directo con miembros del Comité, sino que han participado «activamente» en las labores del mismo como portar carteles reivindicativos en concentraciones, aprovechando la cobertura del movimiento para «establecer contactos con partidarios» del EI. Entre otras de las proclamas del CCDDI que difundieron Merabet y Migou se encuentra un «nasheed» -género musical comúnmente utilizado como herramienta de propaganda yihadista- que dice: «He decidido mi camino y no lo cambiaré».