El 15 de abril de 2010 una mujer moría asesinada de tres disparos en la cabeza en su domicilio de Dénia. Un pistolero había cobrado 50.000 euros para acabar con la vida de Sandra Franco (la mujer de la imagen), ejecución que se llevó a cabo cuando ella fue a abrir la puerta de casa. La investigación descubrió un trasfondo pasional en el encargo. La inductora del crimen habría sido la esposa de un hombre que mantenía una relación sentimental con la víctima. El marido también está imputado en el crimen por encubrirla, así como dos ciudadanos rumanos a través de los cuales se compró al pistolero y el propio sicario. El juicio está pendiente de que las autoridades rumanas entreguen a uno de los acusados que está encarcelado en ese país.