Se obsesionó con las dos policías que fueron a apoyar a los Servicios Sociales a quitarle a sus hijos en Benidorm y ofreció a un conocido 30.000 euros para matarlas. La mujer quería seguir a las funcionarias a la salida de la Comisaría para asegurarse de que el ejecutor acababa con sus vidas. Sin embargo, el supuesto sicario sólo estaba tanteando para saber si la mujer le estaba hablando en serio. Tras confirmar que la propuesta era real, la denunció en la Comisaría. La mujer aceptó diez años de cárcel en un juicio celebrado el año pasado en la Audiencia Provincial de Alicante. La sentencia le impedía volver al municipio de residencia de las víctimas en 20 años.