La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo a un hombre acusado de haber seccionado un dedo a su expareja tras dar un portazo mientras ella tenía la mano en la puerta durante una discusión en el rellano de la escalera en San Vicente del Raspeig. El fiscal pidió ayer para el acusado una pena de cinco años de cárcel por un delito de lesiones con deformidad.

Los hechos ocurrieron la medianoche del 16 de junio de 2015 en el domicilio de San Vicente que la pareja usaba para la custodia compartida de sus dos hijos. Los dos progenitores se iban alternando en el inmueble para vivir con los dos menores, de once y siete años de edad. El acusado se disponía a pasar sus quince días de convivencia con los niños y recriminó a su expareja cuando se marchaba de la casa el estado de suciedad en el que se quedaba el inmueble en los periodos en los que estaba ella, así como que no reparara las cosas cuando se le rompían, relata el fiscal en su escrito de acusación. La discusión fue subiendo de tono y el presunto agresor empezó a gritarla en el rellano de la escalera, la agarró de los brazos y la empujó contra el marco de la puerta, mientras la zarandeaba.

La pelea aparentemente terminó cuando el hijo de doce años de la pareja salió para ver qué pasaba. El fiscal sostiene que el acusado cerró violentamente la puerta, consciente de que ella tenía la mano puesta, pillándola el dedo, seccionándole la falange del tercer dedo de la mano derecha. El escrito de acusación relata que, aún después, ignoró los gritos de su exesposa para que abriera la puerta para recoger el trozo de dedo seccionado, algo a lo que el procesado se negó. Finalmente fue el niño el que permitió entrar a la mujer para que recogiera el miembro seccionado. La acusación relata que el dedo no pudo ser reimplantado causándole un perjuicio estético medio., según la acusación.

El procesado negó ayer cualquier tipo de intencionalidad al negar la puerta y que no tuvo intención de menoscabar la integridad física de su expareja. Según su versión, sólo trataba de encerrarse en la vivienda porque en la discusión ella le estaba pegando y tuvo que cerrar la puerta para dejarla fuera. La mujer no ha estado imputada en ningún momento por alguna supuesta agresión a su expareja.

El fiscal reclama una pena de cinco años de cárcel por un delito de lesiones con deformidad, aunque alternativamente planteó una condena de dos años de cárcel por maltrato en concurso con un delito de lesiones imprudentes, para el caso en que el tribunal no considerara probada la intencionalidad del presunto agresor cuando cerró la puerta de golpe. El fiscal pide indemnizaciones que suman 22.000 euros para la víctima por las lesiones y las secuelas causadas. Asimismo ha reclamado una orden de alejamiento que le impida acercarse a su expareja a menos de 300 metros o contactar con ella durante un periodo de seis años. La mujer tuvo como secuelas la amputación del dedo, dolor en la mano derecha, así como una cicatriz en el mismo dedo. El juicio quedó ayer visto para sentencia-.