Un despido con represalias. La Guardia Civil ha imputado al novio de una mujer despedida de Telepizza por el incendio que calcinó en San Vicente del Raspeig quince ciclomotores de la empresa de reparto de comida a domicilio, según informó ayer la Comandancia. Los hechos ocurrieron el pasado 7 de noviembre en el garaje del edificio donde se encuentran las dependencias del local de reparto de pizzas a domicilio. La investigación apunta a que el hombre, un español de 32 años vecino de la localidad, pretendía vengarse de la empresa por el reciente despido de su novia.

Los ciclomotores quedaron totalmente calcinados y estaban valorados en cerca de 30.000 euros, aunque todavía está pendiente de valorar el daño causado en el inmueble. Las llamas obligaron a desalojar a los vecinos por parte de los servicios de emergencia ante la gravedad de la situación. El edificio de cuatro plantas fue evacuado por los bomberos, debido a que una intensa humareda trepaba por la fachada. Los bomberos lograron controlar el fuego a las 7.15 horas sin que hubiera que lamentar ningún herido, ni daño de carácter personal. El garaje del inmueble tuvo que permanecer todo el día con la puerta abierta para que se ventilara todo el interior, ya que el olor a humo era todavía muy fuerte.

La inspección ocular realizada por los agentes en la zona afectada arrojó indicios de que el siniestro podía haber sido intencionado, por lo que activaron el protocolo para este tipo de casos. El hecho de que el fuego se hubiera registrado en el lugar donde se encontraban aparcados los ciclomotores de reparto de la empresa, hacían indicar que el presunto pirómano podría tener algún tipo de animadversión contra la empresa. Al garaje se desplazaron agentes del Equipo de Incendios del Laboratorio de Policía Judicial de la Zona de Valencia, a fin de realizar un informe técnico.

El estudio determinó el origen intencional de las llamas, motivo por el que la Policía Judicial de la Guardia Civil de San Vicente del Raspeig iniciaron una investigación minuciosa para identificar al presunto autor del siniestro. Los agentes se entrevistaron con numerosos testigos, entre vecinos y personas con relación con el inmueble. Tras encontrarse con ciertos hechos contradictorios en las declaraciones de uno de los sospechosos investigados, los agentes llegaron a imputar a la pareja sentimental de una trabajadora de la empresa, que había sido despedida recientemente. El incendio habría sido una venganza por este despido.

Los agentes le atribuyen un delito de daños, por el que no ha sido detenido formalmente, El juzgado de Instrucción número tres de San Vicente le citará ahora en calidad de investigado (figura que sustituye a la de los imputados tras la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal) para que declare por estos hechos.