Con la sentencia de ayer, el empresario Enrique Ortiz ha obtenido la segunda absolución por las causas que tenía abiertas. Hace unos meses, la Audiencia cerró definitivamente el proceso por el revólver hallado en la caja fuerte de su despacho durante los registros por la Policía en el marco del llamado caso Brugal en julio de 2010. Ortiz tiene aún pendientes los procesos por dos macrocausas de corrupción: el citado caso Brugal y Gürtel. En este último, el empresario ha llegado a un acuerdo con la Fiscalía por el que admite que contribuyó a la financiación ilegal del PP a cambio de una reducción de las penas que se le piden. En Brugal, hay tres piezas separadas que implican al empresario. El juez que investiga los presuntos amaños en la tramitación del PGOU de Alicante está a punto de cerrar la instrucción; mientras que la Audiencia tiene sobre la mesa los recursos que piden reabrir el caso por las supuestas irregularidades en el Plan Rabasa, tras el archivo del juez. En la pieza sobre la planta de basuras de la Vega Baja, el fiscal le pide 17 años de cárcel.