Al hombre que colocó dos explosivos caseros en la vivienda de su exmujer en Santa Pola le va a costar algo más que la multa y los 46 días de trabajos en beneficio de la comunidad a los que fue condenado hace unos días por estos hechos.

Otro juzgado que con anterioridad le había castigado por amenazas también a su pareja, y que suspendió el cumplimiento de la pena con la condición de que no volviera a delinquir, ordenó ayer la ejecución de la sentencia: seis meses de cárcel, donde tendrá que ingresar al contar con otras dos condenas anteriores por hechos similares.

El magistrado dictó ayer el auto de ingreso en prisión después del revuelo causado por la laxitud de la condena impuesta a este maltratador reincidente que fabricó un explosivo casero a base de salfumán y bolas de aluminio y lo colocó en dos botellas junto a la puerta del domicilio de su exmujer, una mezcla que llegó a estallar aunque sin provocar daño alguno. Además, el hombre causó lesiones a uno de los agentes que fue a detenerle.

Fuentes conocedoras del proceso explicaron que la escasa potencia del explosivo influyó a la hora de dictar la condena en el caso del último episodio que ha protagonizado con su expareja como víctima. La condena fue fruto de un acuerdo al que llegaron el fiscal y la defensa del acusado por el que éste admitió los hechos a cambio de la multa, los trabajos en beneficio de la comunidad y dos años de alejamiento de su exmujer. Un acuerdo que el juez bendijo.

Las mismas fuentes agregaron que tras producirse este último incidente, el fiscal había activado la revocación de la suspensión de la condena anterior, un trámite que se habría agilizado por el revuelto que este asunto ha provocado en la opinión pública.

La víctima tiene dos hijos en común con el condenado quien para poner los explosivos quebrantó la orden de alejamiento que le impedía acercarse a su ex mujer.