Cerca de 400 llamadas al móvil en apenas un mes y pese a tener una orden de alejamiento en vigor. Un juzgado de lo Penal de Alicante sentó ayer en el banquillo a un hombre acusado de haber estado acosando a su expareja con insistentes llamadas al teléfono y haberla amenazado la única vez que ella se lo cogió. La Fiscalía pide contra él penas que suman dos años de prisión por delitos de amenazas y quebrantamiento de condena. El hombre se encontraba en prisión por estos hechos, ya que acumulaba otra condena por delitos de violencia de género contra la víctima.

Según el escrito de acusación, el hombre fue condenado a penas que sumaban dos años y tres meses de cárcel en febrero de 2014 por amenazas graves y por incumplir reiteradamente la orden de alejamiento que le impedía acercarse a la víctima. El fallo le impedía volver a acercarse a su expareja durante un periodo de tres años, así como ponerse en contacto con ella.

La Fiscalía sostiene que en el plazo de un mes entre mayo y junio de este año el acusado trató de ponerse en contacto en cerca de 400 0casiones llamándola reiteradamente al teléfono móvil. La víctima tenía hasta 66 llamadas bloqueadas del acusado que aparecían en el filtro de acoso que la mujer tenía instalado en el terminal. Durante ese mes había más de 300 llamadas perdidas y otras 27 que ella había rechazado.

Finalmente, la víctima denunció que el pasado 5 de junio recibió una nueva llamada que ella respondió ante las insistentes comunicaciones del otro. Según denunció, su expareja le dijo que «iba a coger un autobús para ir a donde ella se encontraba y reventar a la persona que salía con ella en unas fotos de Facebook. A mi me da todo igual y no tengo nada que perder». El procesado se limitó ayer a negar que fuera el autor de las llamadas que se le imputaban.