Intentó apuñalarla en el corazón con unas tijeras pero la placa identificativa de la farmacia le salvó la vida. La auxiliar de farmacia de Alicante que fue atacada con unas tijeras a finales de diciembre de 2015 revivió ayer el ataque durante el juicio que ha quedado visto para la sentencia en la Audiencia Provincial. La mujer aseguró que no llegó a enterarse de cómo se produjo todo. «Entré al almacén y me cogió por detrás. Caí al suelo y vi que tenía las tijeras en la placa pero no recuerdo nada más», relató al tribunal. La farmacia se encontraba a escasos metros de la Comisaría, por lo que la rápida intervención de los agentes fue crucial para salvarla.

La acusada es inimputable por estos hechos, dado que padecía un brote esquizofrénico en el momento de la agresión. No recordaba qué ocurrió pero dijo que no había intentado matar a nadie. La presunta agresora dormía en la calle y sobrevivía pidiendo en la gente. Conocía de vista a la víctima y entre ellas no existía ningún problema. El día de la agresión la procesada tenía ideas delirantes por las que creía que la mujer de la farmacia era responsable de la muerte de su madre y la atacó con unas tijeras de 15 centímetros de largó. Según el escrito de acusación, llegó a arrancar la placa de la ropa al sacar las tijeras para intentar apuñalarla otra vez.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de intento de asesinato por lo que reclama diez años de internamiento en el psiquiátrico penitenciario para garantizar su tratamiento médico. Los forenses certificaron que la acusada padecía una esquizofrenia paranoide de la que jamás había sido tratada. También se reclama una indemnización de 7,320 euros para la víctima. Los psiquiatras de Fontcalent declararon que la acusada estaba en mitad de un brote y tenía ideas delirantes desde el mismo momento en que ingresó en el centro.

Uno de los policías que intervino en el incidente relató que vio a la presunta agresora en actitud sospechosa siguiendo a la víctima en el momento en que ésta entró en el almacén de la farmacia, motivo por el que entró en el local y la sorprendió en pleno ataque. Con la ayuda de otro compañero, que escuchó los gritos, lograron reducirla y detenerla.