En la más absoluta soledad y sin que nadie se preocupara por ella durante meses. Así ha muerto Amparo Rubio, a sus 52 años, cuyo cadáver fue encontrado el viernes en estado de momificación natural en un chalé de Llíria cuando fueron a desahuciarla. Ha tenido que ser un lanzamiento judicial por el impago del alquiler, el que destapara su muerte después de vanos intentos por contactar con ella del propietario del inmueble y de la Policía.

A la espera del resultado definitivo de la autopsia -se ha descartado una muerte violenta-, se calcula que la mujer falleció hace unos cinco meses. Los únicos que mostraron cierto interés por su estado en todo este tiempo fueron sus vecinos. Éstos se percataron de su ausencia el pasado mes de mayo, cuando llevaban cerca de un mes sin verla salir de casa, y telefonearon a la Policía Local para que se pasara por el inmueble. «Vinieron varias veces pero tocaban al timbre y como nadie abría se volvían a ir por donde habían venido», explicó una vecina.