El Supremo ha valorado en 10.000 euros la «pena de banquillo» sufrida por un padre acusado de abusos sexuales a dos hijos menores y que ingresó en prisión preventiva. Todo se sobreseyera por falta de pruebas. Los menores, de 3 y 6 años, «presentaban, consigo mismos y con sus compañeros en el colegio, unos comportamientos sexuales explícitos totalmente impropios de su edad que, de inicio, fueron detectados por las autoridades escolares», relata la sentencia. Los propios niños llegaron a relatar juegos con su padre relacionados con estos comportamientos, lo que condujo a una actuación policial, una denuncia ante el juez, la prisión preventiva para el hombre (en la que pasaría varios meses) y hasta la acusación particular contra él ejercida por su mujer y madre de los niños.