La juez ordenó ayer la entrega inmediata de su nieta a la abuela coraje de Orihuela en una resolución que da un varapalo a la Conselleria por la decisión adoptada de poner a la menor en acogida. La pequeña de cinco años de edad, cuya madre fue asesinada en un presunto crimen de violencia machista, volverá con su abuela materna, Maruja Cuenca. No se trata aún de una decisión firme, sólo es otra batalla más en la lucha contra la Administración. La pequeña volverá a la casa de su abuela temporalmente, mientras se resuelve el recurso de ésta contra la orden de la Generalitat. La magistrada señala en un contundente auto que «no existía problema emocional o psicológico alguno que hiciera necesaria la adopción de una medida tan drástica» y cuestiona que se haya acordado «sin tener una mínima información» de cuál era el estado emocional de la niña. El fallo recoge los argumentos de los letrados de la abuela, representada por el despacho BBR Abogados de Murcia y a los que se sumó también la Fiscalía tras la vista celebrada el jueves.

La madre de la menor fue asesinada en Orihuela hace dos años presuntamente a manos de su expareja. Tras el crimen, la pequeña fue declarada en desamparo por la Generalitat, que asumió su tutela y la dio en acogida a su abuela materna. Cuando la Conselleria decidió entregar a la niña a su tía (la hermana del presunto homicida) se inició una batalla judicial que culminó con la sentencia que daba a Maruja la guarda de la niña. El fallo dejaba abierta la puerta a que se valoraran otras medidas de protección a la menor. Éste es el punto al que se ha aferró Bienestar Social para llevarse a la niña el pasado mes de agosto y darla en acogida estableciendo un régimen de visitas para las dos familias. La Conselleria alegaba la situación de alta conflictividad entre ambas y que estaba afectando a la niña. Los técnicos también aludían a un informe en el que se recomendaba un cambio en la modalidad de acogimiento mientras se encontraba la solución más adecuada. Los servicios sociales valoraban también la edad de la abuela, 63 años, para hacerse cargo de manera permanente de la niña.

Menos de veinticuatro horas después de la vista celebrada el jueves para resolver el recurso de la abuela contra la decisión de Bienestar Social, la juez Consuelo María Martínez Molina señala en el auto que la solución elegida por la Administración es «totalmente opuesta a la recomendada por la psicóloga» y la propia sentencia. En el fallo se decía que «la modalidad de acogimiento más favorable era a favor de la abuela materna» y que eran preferibles «las soluciones familiares frente a las institucionales y las permanentes frente a las temporales». Justo lo contrario de lo que después ha hecho la Conselleria.

La juez de refuerzo de los juzgados de Familia de Alicante señala que la medida «ha supuesto para la menor salir de su nucleo familiar de manera brusca e inesperada, pasando de convivir con su abuela y su hermano a verlos unas horas cada quince días en un Punto de Encuentro Familiar». En la propia resolución se recoge las largas horas que pasa la niña llorando una vez que termina la visita de éstos y su hermano, en el tiempo que tienen asignado cada quince días.

Sin estudios psicológicos

Asimismo considera «sorprendente» que la Conselleria no haya acudido al colegio de la niña, ni haya hecho estudio de ningún tipo sobre el estado psicológico de la niña. El fallo recuerda que la decisión de Bienestar Social se basó, según la declaración de la jefa del servicio, en «la doctrina científica relativa a menores» que establece que la niña sufrirá algún tipo de problema emocional por el duelo de su madre. Por el contrario, la tutora de la niña en el colegio al que iba en Orihuela declaró durante la vista que la pequeña gozaba de «un bienestar emocional junto a su abuela», centro en el que la niña tenía buen rendimiento y gran nivel de adaptación.

La juez rechaza que se haya ejecutado la resolución «en previsión de unos hipotéticos y futuros problemas psicológicos de la menor(...) sin tener una mínima información de cuál era el estado emocional de ésta cuando se adoptó». La magistrada recuerda que la niña no ha experimentado problema emocional alguno con su abuela que justifique la drástica medida» y que tampoco hay indicios de que esas circunstancias hayan cambiado desde que se dictó la sentencia. «El hecho de que la sentencia contemplara una nueva valoración de las medidas de protección de la menor no justifica que se adopte cualquier otra medida a toda costa, sin valorar si la misma va a resultar beneficiosa para ella», remacha.