La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo a un exagente financiero del desaparecido Banesto (hoy absorbido por el Banco de Santander) acusado de estafar a más de una veintena de clientes y de haberse quedado con más de un millón de euros. El acusado tenía una oficina para comercializar productos financieros del banco, pero el contrato que tenía con la entidad fue rescindido el 16 de noviembre de 2007. Sin embargo, la oficina siguió funcionando amparándose en el nombre de Banesto, captando clientes de elevada capacidad económica y desarrollando una actividad de «banca paralela», según el escrito de acusación del fiscal. El dinero captado no sólo iba a las cuentas de la entidad financiera, sino también a las suyas propias disponiendo de él a su antojo, falsificando las firmas de sus clientes y realizando extracciones de dinero y transferencias sin su consentimiento. La denuncia se presentó en marzo de 2008 tras la investigación abierta por el propio al banco al tener conocimiento de las irregularidades.

El acusado admitió ayer los hechos en el juicio y adujo que se vio atrapado por los elevados gastos que tenía que asumir por imposición del banco para vender los productos cuando empezaron a trabajar juntos en 2005. El procesado dijo que tuvo que asumir de su propio bolsillo alguna de las comisiones reclamados por el banco a los clientes cuando éste trató que se las quitaran.

A través de la oficina, que estaba decorada como una sucursal más de Banesto, aunque en el cartel exterior se hacía constar en un letrero a menor tamaño que era Agente Financiero. Según el escrito de la Fiscalía, el acusado ofrecía productos financieros y tipos de intereses mejores que los del mercado, evitando hacerlo oficial y procurando siempre recoger el dinero en metálico, expidiendo documentos manuscritos de su puño y letra que recogían los términos en los que se pactaban las operaciones. El dinero que pagaban los nuevos clientes acababan siendo usados para abonar a otros los intereses. La Fiscalía reclama cinco años de cárcel para el acusado por un delito de estafa en concurso con otro de falsedad documental. La defensa solicita que la pena sea inferior a los dos años de cárcel. Aunque el juicio está señalado para varios días, la pena pedida podría bajar para pedir una atenuante por dilaciones indebidas, ya que los hechos datan de 2008.

Tras haber asumido el procesado su culpa, el juicio está encaminado a dirimir si el Banco de Santander tiene que asumir las indemnizaciones y qué atenuantes se deben aplicar al acusado. Aunque Banesto en su día se comprometió a devolver el dinero a todos los perjudicados, hay operaciones que no considera acreditadas y que por lo tanto no tiene que abonar. Para algunas no existe ningún documento firmado. El escrito de acusación recoge hasta 21 perjudicados que reclaman cantidades que suman la cifra de 1,11 millones de euros.