El botín era el perro. La Fiscalía pide dos años y cuatro meses de cárcel para un acusado de llevarse a un galgo en el asalto a una casa de campo de Monóvar, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario. La intensa movilización de los propietarios en las redes sociales facilitaron la recuperación del can que había sido vendido a un niño en Elda. El procesado ha negado ser el autor del robo y aduce que otro menor de edad se lo regaló poco antes de la venta. El proceso acaba de llegar a un juzgado de lo Penal de Alicante para que celebre el juicio.

Los hechos ocurrieron entre el 27 y el 31 de octubre de 2014 en una casa de campo de La Romaneta en Monóvar. Los ladrones accedieron al inmueble haciendo un agujero en la verja que circundaba la finca. Cuando los propietarios llegaron, se encontraron a uno de los perros sueltos y el otro no aparecía por ningún sitio. Con el fin de recuperar al can, los propietarios iniciaron una intensa campaña a través de Internet y las redes sociales con fotografías del galgo pidiendo la colaboración ciudadana. El galgo, de dos años y medio de edad cuando ocurrieron los hechos, se llamaba Zoser y además tenía un chip de identificación. Para mayor facilidad, el perro tenía una mancha de pelo blanco muy característica.

El temor que tenían los propietarios es que el animal pudiera sufrir algún tipo de daño cuando los ladrones descubrieran que el galgo no se podía utilizar para labores de caza, que era la primer hipótesis que se barajó en primer momento como móvil del robo, dado que de la casa de campo no se llegaron a llevar nada más.

A través de las redes sociales empezaron a llegar mensajes de ciudadanos que aseguraban haber visto al perro. La Vega Baja y Murcia eran algunos de los lugares donde lo situaban estas llamadas. Fue en Elda el lugar donde finalmente el perro pudo ser recuperado. El pelaje del animal fue determinante para que una ciudadana reconociera al perro y avisara a la Guardia Civil diciendo que había visto al animal desaparecido con un niño en una calle de Elda. Una patrulla se desplazó al municipio y se entrevistó con el menor que tenía el animal, quien les contó que acababa de comprarlo a un conocido por veinte euros.

Los agentes dieron entonces con el hombre que había entregado el animal al menor. Según fuentes cercanas al caso, el sospechoso aseguró que se lo había dado poco antes otro menor del que no supo dar más datos, una versión que los agentes tomaron como una mera excusa para tratar exculparse al no poder verificar ninguna de las explicaciones que daba.

La Fiscalía le acusa de un delito de robo con fuerza. Durante el asalto, los desperfectos en el vallado para entrar en la finca causaron daños valorados en 151 euros. El perro estaba valorado en 350 euros. Sin embargo, los propietarios han optado por no reclamar nada. El juicio acaba de llegar al juzgado de lo Penal y ahora deberá señalarse una fecha para celebrarlo.