La Administración no se cansa de lanzar mensajes a las víctimas de malos tratos para que sean valientes y denuncien y aprovechen los recursos que ponen a su disposición, pero Mireia, con dos hijos de 2 y 16 años, dio ese paso y se siente desengañada tras denunciar a su expareja en San Vicente del Raspeig, hasta el punto de que ahora se plantea incluso volver al domicilio donde asegura haber sufrido un maltrato psicológico durante años. El motivo es que desde que denunció a su expareja y fue detenido el pasado 28 de agosto se ha tenido que buscar la vida porque en el Centro Mujer 24 Horas le dijeron que no había plazas en Alicante y que antes tenían que estudiar su expediente. Apenas tiene ingresos de alguna casa que limpia e incluso ha tenido que dormir una noche en la calle con su hijo más pequeño.

Mireia tenía cita para mañana miércoles en el Centro Mujer 24 Horas pero ayer, poco después de que este diario pidiera a la Conselleria de Igualdad su versión sobre lo ocurrido, recibió una llamada adelantándole la cita para hoy martes. Desde la Conselleria de Igualdad niegan que falten plazas en casas de acogida de Alicante e indican que no le pueden adjudicar una vivienda sin estudiar su expediente y hacer una valoración del riesgo. Además precisan que cuando la víctima fue el pasado 31 de agosto al Centro Mujeres 24 horas acudió sin cita y como estaban atendiendo a otras mujeres con cita Mireia se marchó tras esperar unos veinte minutos.

En este sentido, Mireia aseguró a este diario que tenía que marcharse a trabajar y que las funcionarias del centro no estaban «atendiendo a nadie, sino hablando de cómo habían ido las vacaciones de verano».

Mireia llegó a España hace 16 años desde Rumanía y tras separarse de su anterior pareja hace cinco años y medio inició una nueva relación con un vecino de San Vicente con el que tienen en común un hijo de dos años. Afirma que ha sufrido continuos malos tratos psicológicos por los celos que tenía y ya en 2012 le denunció por vez primera, aunque el caso se archivó porque ella no declaró contra él.

En noviembre del pasado año decidió separarse y señala que acudió a pedir consejo al Centro Mujer 24 Horas de Alicante. La respuesta, según Mireia, fue que «como no hay denuncia ni orden de alejamiento no podían hacer nada y que si le denunciaba me ayudarían enseguida». Al no tener ingresos y no saber dónde refugiarse Mireia explica que no le denunció y siguió viviendo bajo el mismo techo que el presunto maltratador.

Detención

Así aguantó unos diez meses hasta que el pasado 28 de agosto ya no pudo más y llamó a la Guardia Civil de San Vicente para denunciar a su expareja tras una discusión en la que le empujó con una plancha en el brazo. El hombre fue detenido y el juzgado acordó una orden de protección por violencia doméstica.

A partir de entonces, Mireia señala que tuvo un «trato muy bueno en la Guardia Civil y en el juzgado, pero luego me he tropezado con el muro de la violencia de género en el Centro Mujer 24 Horas, donde dicen que tienen que estudiar el caso, pero mientras tanto yo estoy en la calle».

Su expareja le paga 300 euros al mes y ella gana entre 200 y 300 euros limpiando casas, ingresos insuficientes para vivir ella y sus dos hijos. Mireia indica que llegaron a decirle que en Valencia y Castellón sí había plazas para acogerla pero el juez ha fijado dos días para que el padre vea al niño entre semana, por lo que no vio factible esa solución.

Tras denunciar a su expareja Mireia durmió una noche en la calle «abrazado a mi hijo pequeño» y su hija con una amiga. Luego acudieron a casa de una conocida que les ofreció un sofá cama de dos plazas, mueble donde dormían sus hijos mientras Mireia lo hacía sobre la alfombra.

Últimamente ha alquilado una habitación en una vivienda de Alicante y mientras espera la reunión de hoy para conocer qué ayuda le plantean, Mireia sigue dándole vueltas a la posibilidad de regresar al domicilio de su expareja, que tiene prohibido comunicarse con ella tras su arresto pero ya le ha hecho llegar a través de otra persona el mensaje de que regrese.