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Confirman que había sustancias nocivas en el agua que intoxicó al cliente de un restaurante

La Fiscalía pide que la causa continúe para los trabajadores que intervinieron en el envasado de la botella

Seis años después de los hechos y cuatro desde que se cerró la denuncia, la investigación por la intoxicación de un hombre que bebió de una botella de agua mineral botella de agua mineral de un restaurante ha dado un nuevo giro con la llegada de un informe que confirma la presencia de sustancias tóxicas en el líquido, según confirmaron a este diario fuentes cercanas a la investigación.

La causa se cerró en junio de 2012 y en ella llegaron a estar imputados los cinco trabajadores de la planta de Nestlé en Girona en la que se embotelló el agua, de la marca Viladrau. Sin embargo, el perjudicado recurrió a la Audiencia que meses más tarde obligó a reabrir la investigación.

El juzgado ordenó entonces una analítica del agua y desde entonces había estado en vía muerte, hasta que ahora, años después, han llegado los informes del perito que confirma la presencia de sustancias nocivas para la salud en el agua.

La Fiscalía, que había llegado a pedir en su día el archivo del caso, ha solicitado ahora que el procedimiento vuelva a continuar para todos los trabajadores que intervinieron en el proceso de embotellado de la botella y que ya estuvieron imputados por estos hechos.

Las fuentes consultadas por este diario señalaron que la instrucción está totalmente agotada por lo que, a no ser que las partes reclamen alguna prueba más, el próximo paso sería dictar el auto de pase a procedimiento abreviado, que equivale al procesamiento, para llevar al banquillo a los acusados. Tanto el juez como la fiscal que hoy están en ese juzgado no son los mismos de hace cuatro años cuando se cerraron las diligencias. Las acusaciones podrían pedir también la imputación de Nestlé como responsable civil subsidiario de estos hechos.

Los hechos ocurrieron en mayo de 2010 en un restaurante de la Albufereta, donde el cliente del restaurante resultó herido con quemaduras graves tras beber el agua de una botella de agua mineral que estaba precintada y totalmente cerrada. El agua tenía un PH de 12,2 de hidróxido sódico.

La investigación realizada en su día acreditó que hubo un fallo en la dosificación de sosa cáustica usada para el lavado de las botellas, entre las que se encontraba aquella cuya agua fue ingerida, pero dicho error fue por falta de sosa y no por exceso, argumentaba la juez en el auto de archivo. Por este motivo, se procedió a la dosificación manual para restablecer los niveles de sosa.

El auto del juez señalaba que se siguieron los controles oportunos y que no se detectó ninguna anomalía en los controles de PH y sensoriales de las botellas, siendo sólo una la botella de agua que fue afectada por altos índices de PH, «sin que les pueda ser atribuible a ninguno de los trabajadores intervinientes una conducta imprudente de infracción penal». Argumentos que sirvieron para archivar la causa en junio de 2012.

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