Aprobado o guantazo. Una mujer aceptó ayer una pena de tres meses de prisión por haber propinado una bofetada a una profesora de Aspe por haber suspendido a su hija, según informaron ayer fuentes judiciales. La agresión estuvo precedida de una discusión en la que la docente recibió todo tipo de insultos. El juicio se cerró ayer con una conformidad en un juzgado de lo Penal de Alicante, donde la mujer estaba acusado de un delito de atentado. La acusación va en la línea de considerar a los docentes como autoridad pública, un criterio que también se extiende a los profesionales sanitarios que diariamente se enfrentan a situaciones de tensión con los usuarios de los servicios de salud.

Los hechos ocurrieron sobre las 14.00 horas del 9 de junio de 2011 en un instituto de Aspe. Madre e hija habían ido al centro a hablar con la tutora de la menor. Una conversación que acabó subiendo de tono al comenzar al recriminarle la madre a la profesora la actitud que tenía con su hija, según relata el escrito de acusación de la Fiscalía al que ha tenido acceso este diario. La menor empezó a insultar a la docente, diciéndole «gorda, más que gorda»; mientras que la madre comenzó a llamarla «esquizofrénica» y que se le habían «hinchado sus partes». La bronca terminó con una bofetada en la mejilla derecha a la profesora, mientras que madre e hija se marcharon de allí diciendo que si no la aprobaba la mataría.

Los partes médicos apuntaban a que el guantazo tuvo su entidad, ya que el golpe le causó a la víctima una contusión facial y ocular, con hemorragia conjuntival que tardó siete días en curar tras una primera asistencia facultativa en el centro de salud.

La Fiscalía y la defensa pudieron llegar a un acuerdo poco antes del juicio, donde inicialmente se pedía por parte del Ministerio Público una condena de 16 meses de prisión por un delito de atentado a la autoridad. La acusada también debía indemnizar a la docente con 210 euros por las lesiones causadas.

El acuerdo evitó un largo juicio en el que inicialmente había versiones totalmente contradictorias sobre lo ocurrido y en la que la acusada negaba haber golpeado a la profesora. Ayer admitió los hechos en el juicio que quedó vista para sentencia. En la misma sesión, la magistrada acordó suspender la pena a la acusada, por lo que no tendrá que entrar en prisión por estos hechos, según las fuentes consultadas por este diario.

Precisamente, la última reforma del Código Penal ha endurecido las penas por las agresiones a médicos y maestros, con condenas que pueden llegar hasta los cuatro años de cárcel. Sin embargo, desde hace años los tribunales ya vienen aplicando este criterio y condenado como atentado este tipo de agresiones. En la Fiscalía de Alicante, se celebraron reuniones con estos colectivos para poder unificar los criterios.