Desarticulada una banda que tenía especial predilección por los perfumes caros y los cosméticos. La Guardia Civil ha detenido en Calp a tres personas, miembros de un grupo criminal organizado especializado en el robo de droguerías y perfumerías, según informaron ayer desde la Comandancia de Alicante.

Los arrestados son dos hombres de 47 y 34 años y una mujer de 40 años, de nacionalidad rumana. Uno de los varones tenía pendiente un señalamiento judicial de Alemania, por lo que se solicitaba la extradición por su implicación en el robo de viviendas, y la mujer estaba buscada como presunta autora de un robo con violencia, cometido en Lorca (Murcia), de un reloj valorado en 7.500 ?.

La Guardia Civil de Calp localizó hace unos días a tres personas sospechosas de haber cometido diversos hurtos. En el momento de su identificación, portaban unos bolsos de mano, conocidos como «apantallados», que están modificados para anular las alarmas antirrobo de los productos a sustraer. Sin embargo, no llevaban encima productos sustraídos, por lo que los agentes confirmaron con testigos la existencia de un coche en el que habían visto a los detenidos.

A pesar de la falta de colaboración de los tres detenidos, y de que no llevaban encima llaves u otros objetos que pudieran hacer pensar en la existencia del vehículo, los agentes consiguieron localizar, a unas manzanas de donde se había producido la detención, su automóvil. El coche estaba a nombre de una persona, de nacionalidad española, residente en Alicante, que lo había vendido hace meses a un rumano, que a su vez se lo había vendido a los detenidos, sin realizar los correspondientes registros de las transferencias en la DGT.

Después de un registro superficial, uno de los agentes logró encontrar las llaves del vehículo ocultas en uno de los amortiguadores, y en su interior hallaron perfumes y cosméticos por valor de más de 1.500 euros, de marcas como Chanel o Dior.

A pesar de que los detenidos negaban tener relación con el vehículo, los agentes también encontraron una maleta con documentación personal de los mismos, además de numerosos recibos de envíos de paquetes a Rumanía, por lo que se sospecha que una vez robados, los productos eran enviados a su país de origen para la venta.

Con las referencias de los productos, la Guardia Civil pudo localizar el establecimiento donde habían sido sustraídos, y a través de las cámaras de seguridad identificarles sin lugar a dudas.